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31 may 2013

La mujer decide: (VII) ¡a tener hijos!

Hemos comentado en (VI) que la apología de la virginidad tenía como objetivo que la “cosa”, la mujer, no estuviera “usada”. Asimismo, la conversión de la infidelidad en delito pretendía que la “cosa”, la mujer, no le colocara al marido como hijo y “heredero” suyo el hijo de otro varón, como hace el cuco colocando huevos en nidos ajenos para que se los empollen. La tercera maniobra de apropiación del cuerpo - pero también del alma - de la mujer es convertirla en una “alumbradora de hijos”.
“La mujer como parra fecunda”. Ésa es la metáfora con la que la iglesia católica alaba a la mujer: una persona cuyo fin es el de tener hijos. Esa obligación, según dicen ellos, daba gusto al “extraterrestre” que se dedicaba a “bendecir a las familias” dándoles hijos a troche y moche ¡aunque ellos no los quisieran!, sin duda una forma extraña de andar bendiciendo a la gente.
A este esquema loco, la iglesia - víctima de su obsesión sexual de orientación machista - le  añadió el inventó del “débito conyugal”; de la mujer, claro. Con ese invento la mujer que no pagaba               , ¿su deuda?, era acusada de ser responsable de los “pecados del  marido” que, el pobrecito, se “veía obligado” a acostarse con otras mujeres - si su mujer no cumplía con su “débito” a satisfacción de su “acreedor”; el marido, naturalmente. Se trata, es evidente, de un débito que carece del más mínimo equilibrio, p. ej. el del “débito de la seducción” por parte del marido, que es lo que necesita cualquier esposa para desear tener una relación sexual con él en vez de tener sólo “débitos”.
Esta misma “cosificación” de la mujer se manifestó en otro atropello - igualmente totalitario pero este terrenal - bajo el nazismo. A la víctima le da igual que el atropello tenga origen terrestre o extraterrestre, ella no ve la diferencia; es victima en ambos casos. La apología era la misma pero ahora en lugar de agradar al “ser superior”, el extraterrestre se promovía “la raza superior”. A la fecunda mujer germánica se la invitaba a tener hijos. Eso mismo pasó en Italia y en España. Franco daba premios a las mujeres que llegaban a tener 20 hijos. Una subespecie del premio era no sólo por los muchos partos, sino que premiaba la supervivencia de los hijos.
El colmo nazi les llevó a crear un sistema de selección de varones y mujeres a los que se les convencía de su obligación patriótica de tener hijos perfectos. Para ello, previa “selección” se les reunía en ¿campos del amor?, y se les invitaba a tener relaciones sexuales buscando el embarazo. Esos hijos pasaban a ser una propiedad del Estado que los destinaba a futuros ¿mandos nacionales? Nunca llegó a saberse. Es el atropello inverso al de la iglesia que prohíbe  las relaciones sexuales que no pretendan el embarazo, lo único que “perdonar” el acto sexual.
Todavía estoy impresionado por aquella película mexicana donde el marido, cuando va a acostarse con su esposa por primera vez reza disculpándose: “no es por vicio ni por fornicio, sino por dar hijos a tu servicio” ¿Cómo se ha conseguido llegar a semejante alienación?
Es contemporáneo el espectáculo internacional de esa mujer embarazada de un hijo inviable por descerebrado a la que las leyes interpretadas de modo irracional bajo la presión de la iglesia - que calla como si ella no fuera la mano que ha lanzado la piedra, porque para eso está el poder civil haciendo el trabajo sucio - obligan a que corra el riesgo de morir para que ese feto, que nunca será persona, porque está descerebrado, nazca por vía vaginal.
En el colmo del “respeto a la ley” que atropella a la mujer a la que debería proteger ha creado la “salida legal” de la cesárea, porque eso es un parto y no un aborto. Semejante irracionalidad puede llevar al Ministro de Justicia que sufrimos a permitir la cesárea pero prohibir el aborto. No entiendo que gente que parece razonable - nunca mejor dicho, “parece” - es capaz de crear irracionalidades increíbles sólo por negarse a reconocer la irracionalidad de su sinrazón.

La solución a la crisis: (XI) Esclavitud a distancia

Parece que al final el tenderete montado por los capitalistas está empezando a tambalearse. Además del pueblo llano parece que las consecuencias están a punto de empezarlas a sufrir los organizadores. Entonces, sólo por eso, los organizadores del tenderete de los paraísos fiscales han empezado a pensar que se han pasado un poco dando tantas facilidades a los ladrones, es decir, a los honrados ciudadanos que evaden impuestos ¡como hace todo el mundo!
Eso declaró con todo descaro el vicepresidente de la CEOE - y lo que es más escandaloso es que lo hizo con toda impunidad, porque el Fiscal General del Estado sigue mirando para otra parte. Naturalmente, sigue en su puesto con el respaldo unánime de todos los que le eligieron, entre otras razones, para que defendiera esa postura. Son los mismos que revalidaron en su puesto al Presidente anterior Sr. López Ferrán actualmente acusado de todos los delitos monetarios inventados hasta ahora. Caben muchos reproches a esta asociación pero nunca se le podrá reprochar la falta de solidaridad ideológica con aquel al que “cogieron en las patatas”. Se trata del fin de una hipocresía forzada porque de tanto robar no hay dinero ya que robar.
Pero hay otras hipocresías que siguen en vigor, como las que se tienen, fundamentalmente con los chinos. Si en España se descubre a un empresario chino que tiene a cuarenta congéneres, todos introducidos ilegalmente en España, trabajando en un sótano inmundo y maloliente 16 h/día por la comida, la policía se le echa encima como si hubiera cometido algún delito. Cabe considerar que les robó el salario, la salud y además los explotó vilmente privándoles, encima de la libertad y que, por tanto, todos los beneficios de la venta - a bajo precio - no darían para pagar su salario. En ese caso podríamos decir que ese empresario ha vendido mercancía robada. ¿Y qué hacemos con todos los grandes almacenes, medianos y pequeños que le compran esa mercancía? A ninguno se le acusa de receptación ¡y lo sería!
Pero si en esas mismos grandes almacenes se vende esa misma mercancía fabricada por los mismos chinos - ¡bueno, aunque no son los mismos todos se parecen mucho! - en la chna continental no sólo no se mete en la cárcel al empresario, para que le haga compañía al Sr. Ferrán, sino que se le deja en la calle para que le haga compañía al Sr. Fernández. Porque este chino - que explota a sus congéneres en China continental - es un honrado empresario de importación exportación; tan honrado, por lo menos, como el propio Sr. Fernández.
Lo mismo diremos de las empresas que fabrican esos productos textiles - ¿qué tiene el textil? - en edificios que empiezan a crujir amenazando con hundirse pero cuyos empresarios no permiten que los trabajadores abandonen su puesto de trabajo porque tienen un compromiso de suministro de material con sus honrados colegas los importadores españoles de la grandes firmas del bajo precio.
Ahora bien, siendo serios, la única solución es prohibir las importaciones de países donde no se respeten ¡por lo menos!, las recomendaciones de la Organización Mundial del Trabajo.
Mientras tanto, como no nos importa la esclavitud ni la explotación de los seres humanos en China, tampoco se debe de perseguir a estos empresarios chinos que hacen trabajar a sus colegas 16 h/día en condiciones miserables en sótanos en España. Estos chinos explotados en España, aunque poco, consumen comida española, electricidad española, agua española, … no creo que mucho más. Cierto que no paga impuestos, pero eso tampoco lo hacen muchos colegas empresarios españoles. Cierto que evaden beneficios, pero tampoco en eso se diferencian de sus colegas españoles.
Es irracional permitir una explotación de millones de chinos sólo porque no la vemos y hacer caer todo el peso de nuestra ley en 50 chinos que, de todas formas, están menos explotados que sus colegas de China. Los explotados en España dejan mas beneficios? Pues de eso se trata. ¿O es que Vd. es de lesos estúpidos ciudadanos que tiene preocupaciones morales?

30 may 2013

La mujer decide: (VI) Pactos irracionales

La mujer es un ser humano. ¿Es tan difícil darse cuenta de ello? Las primeras sociedades se dieron cuenta de que la mujer tenía una capacidad de la que carecía el varón: procreaba. Por eso la protegió y las sociedades primitivas eran casi todas matriarcales porque ellas eran la garantía de la continuidad de la sociedad.
Incluso cuando se inventó la propiedad de los medios de producción - invento nefasto donde los haya que envenena al que toca - la mujer siguió teniendo un puesto predominante porque ella era la que ofrecía la garantía de la continuidad de la “sangre”, otro invento igualmente nefasto que convierte en personas con menos derecho a todas las demás. Así, los judíos sólo reconocen como verdadero judío al que es hijo de una madre judía, xenofobia en la que tienen razón, aunque no por ello deba calificarse de menos indecente y antidemocrática.
Pero en algún momento, mis conocimientos antropológicos no son tan grandes como para identificarlo, se produjo el gran secuestro. Fue como una especie de “big bang” a partir de cuyo momento se creó este mundo machista y sexista en el que vivimos y del que, a fuerza de razonar, estamos intentando salir.
A mi modo de ver tuvieron gran responsabilidad en ello las asociaciones y sectas de creyentes en extraterrestres, que empezaron a controlar la libertad de las mujeres de muy diversas maneras, algunas sutiles, todas ellas dedicadas a convertirla en una mercancía.
La primera fue la de supervalorar la virginidad, acabando por convertirla en una obsesión sexual, por encima incluso de la maternidad, que era lo socialmente beneficioso porque permitía la pervivencia del grupo social. Su razón oculta era que eso “garantizaba” que el objeto no había sido “usado” por ningún otro varón. Por tanto, el valor no era un valor en sí, sino un “valor de uso”.
La segunda fue supervalorar la castidad intra-matrimonial ¡de la mujer! Los judíos, según cuenta el evangelio, tenían una gran afición a andar apedreando adúlteras - afición que parecen haber perdido - pero que todavía conservan sus hermanos musulmanes. En el cristianismo parece que eso se abandonó pronto, pero no por ello se olvidó. El Código Penal de Franco - el que se hizo respetando la doctrina de la iglesia católica que bendijo su genocidio - declaraba delito de adulterio que una mujer casada yaciera con un varón, pero no que un varón casado yaciera con una mujer (salvo si estaba casada). Aunque la sanción teórica era la misma, en la práctica era menor para el varón y, además, el delito no se llamaba adulterio. Realmente no hay tanta diferencia con lo que aun ocurre en muchos reinos islámicos e, incluso, en algunas repúblicas que no son tal, porque en ellas manda también un dictador, aunque no sea hereditario; al menos nominalmente porque en siria el hijo heredó al papá dictador.
La tercera es la que pretende recuperar el Sr. Ruiz, Ministro de Justicia del Sr. Rajoy: la propiedad sobre el cuerpo gestante de la mujer, como si esas células, al quedar fecundadas pasaran a ser suyas. No, no lo son, siguen siendo de la mujer que tiene todo el derecho de hacer con ellas lo que quiera. No admitirlo así obligaría a convertir a las células fecundadas en dueñas del destino de la mujer, lo cual es mucho más irracional que lo contrario que, por lo tanto, es lo más racional que cabe admitir.
Por eso sólo, y la discusión sería infinita, la mujer tiene derecho a permitir que esa células que se fecundaron en contra de su voluntad no se conviertan en dueñas de su voluntad. Y la sociedad, racionalmente, lo único que puede hacer es darle un tiempo para que se decida. Es, como todo en esta vida, un acuerdo en el que un día más es tan ridículo como un día menos, pero donde, si establecemos un día, ése es el día límite y traspasado ése la libertad de la voluntad que no se ejerció hasta ese momento queda enajenada.
Eso pasa con todos los plazos; intrínsecamente son irracionales, pero tienen el valor del pacto, del acuerdo entre voluntades libres; no la imposición de una voluntad sobre la libertad ajena.
Pero de todas las irracionalidades que cabe imaginar, la insuperable es decir que una mujer que no cree en extraterrestres está obligada a dejar que las células fecundadas que no quería que se fecundaran tengan que convertirse en un hijo porque ese extraterrestre lo quiere, ¡según dicen sus oráculos!, oráculos que, según ella, son una panda de cantamañanas.
Por irracional que sea, ese atropello a la libertad es el que quiere imponer el Sr. Ruíz ¡porque le obliga un acuerdo con ese Estado no democrático de la Ciudad del Vaticano! Alegando que los romanos decían: “pacta sunt servanda”. Muy bien pues cuando un pacto es irracional lo más racional es no servirlo, y para ello lo mejor es no hacer pactos irracionales. Rompamos, pues el pacto, y recuperamos la libertad que nunca debimos haber perdido.

Derecho a decidir: (7) Una sociedad liibre

El hombre (mujer o varón) tiene un ansia de libertad aunque no le dejaron ser libre durante la inmensa mayor parte de su propia historia. Primero estuvo sometido a la inclemente naturaleza. De esta tiranía antes de ser libre gracias desarrollo científico cayó bajo la tiranía social. Hoy hay estados donde es legal atropellar al otro, controlar la libertad de expresión, tener esclavos, asesinar por orden de jueces o de Presidentes, discriminar por razón de sexo, raza, lugar de nacimiento, razón social o religiosa, etc
            La humanidad siguió un largo, doloroso y cruento el camino hasta lograr el reconocimiento del derecho a la libertad. La tarea pendiente es aún inmensa con tantas naciones cuyos ciudadanos, preocupados por sobrevivir, ni siquiera se plantean el derecho a ser libres. La libertad sólo florece si se respeta a ultranza el derecho a la vida, a la supervivencia. Lo decían los clásicos: “primum vivere et deinde philosophare”.
Los movimientos filosóficos progresistas influyeron hasta en los movimientos políticos reaccionarios que aceptan, sólo en teoría, la igualdad de los hombres (mujeres y varones) ante la ley. Algunas religiones dicen respetar su libertad pero cuando logran el poder la atropellan. La Revolución Francesa, el fruto más preciado de la razón, con su lema: igualdad, libertad, fraternidad, sentó las bases del progreso, recuperó con la razón la democracia electiva por los ciudadanos tras siglos de atropello en nombre del derecho divino de los reyes al que controlaban para su beneficio. Alguna se excusó. Otras no.
Atrás quedaron las cartas otorgadas o pactadas con el gobernador, rey, duque, zar, príncipe, etc. y aun hay religiones que reivindican su derecho divino a gobernar, que imponen donde tienen poder; en estados no democráticos como ellas mismas.
En la España democrática y republicana decía el art. 1,CE31: “España es una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia”, y fue verdad hasta que entre el ejército fascista y la iglesia acabaron con la democracia. El art.1.2,CE78 de la constitución franquista dice: “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”, pero es mentira, como nos recuerda en el art. 57.1: “La Corona de España es hereditaria en los sucesores de S. M. Don Juan Carlos I de Borbón”, cuyo poder procede del dictador al que él juró que nos seguiría impidiendo recuperar la democracia.
Pero las sociedades libres, que siguen reivindicando el rechazo a los dictadores terrenales y extraterrenales, substituyen a estos dictadores por el respeto a la razón.
Las asociaciones de creyentes en extraterrestres niegan el derecho a razonar del hombre (mujer o varón). Su valor es “su particular revelación divina” y “su única interpretación”, ¡la que hacen sus jefes claro! Es una revelación que rechaza y desprecia a los fieles de las demás religiones, aunque también digan que son reveladas también por el único Dios verdadero, “también sólo a ellos”. Todos, o al menos todos menos uno mienten. Ahora bien ¿Cuál es el que miente? Ni ellos se ponen de acuerdo en eso.
Ante este diálogo imposible la razón surge como único árbitro de la convivencia. Lo racional es respetar a las sociedades, se llamen religiones o sectas, sean reveladas hace tiempo o ayer por la noche, que respeten la razón; cuyos principios no atenten contra la razón; es decir con los de la Declaración de los Derechos del Hombre.
Eso les permite, sólo “pro domo sua”, restringirse su libertad como cada uno quiera, pero sin limitar la libertad de quien quiera ser libre. Nadie tiene derecho a atropellar la libertad ajena. Si un grupo declare su “superior derecho”, por razones terrenales, nacionalistas, y/o extraterrenales, religiones, invitan a tratarle de igual modo. Aunque ellos pretenden así acabar con la convivencia pacífica racional, tienen la inmensa suerte de que los que somos racionales y demócratas respetamos su libertad de expresión sin caer en su victimismo, que es la actitud del que sabe que no tiene razón.
Una comunidad será libre sólo cuanto no quiera limitar la libertad de los demás.

29 may 2013

La solución a la crisis: (X) Beneficios para todos

Cuando las cosas se hacen bien los beneficios son generales porque en eso consiste el que las cosas están bien hechas. Por el contrario, cuando las cosas se hacen mal los beneficios son particulares y los perjuicios son generales. Algunas veces no se llega a tanto y simplemente, los beneficios son par5ticulares y la ausencia de beneficios o unos beneficios pírricos es lo general.
Basta fijarnos en algunas actividades de repercusión general para comprender la inmensa verdad que descansa en el párrafo anterior: las guerras producen beneficios a unos pocos, a los de siempre, y unos inmensos perjuicios a todos los demás. Las estafas generalizadas bancarias producen unos beneficios a unos pocos y unos perjuicios a bastantes, pero no a todos. La corrupción de los bancos y los partidos políticos producen unos beneficios a unos pocos y unos perjuicios al resto de los ciudadanos del país cuyos PGE han sufrido un expolio.
En el caso de la jornada reducida a 24 h/semana los beneficios serán generales en todos los países donde se establezca y,- aunque no se lo crea, son demasiado necios - producirán beneficios para los que siempre todo produce beneficios, porque al desaparecer el paro y aumentar la demanda sus negocios - los legales y todos los corruptos - volverán a florecer.
Esta propuesta suele ser recibida por los lectores con menos seriedad que aquella con la que se escribe. Todos suelen decir” me apunto”, pero no se lo toman en serio. Es lo que ocurre cuando no se reflexiona. Es necesario “apuntarse” pero no porque nos favorezca, ¡que por supuesto lo hará!, sino porque es lo sensato, como se ha demostrado.
Dicen los necios capitalistas, y muchos que sólo son lo primero: “nos comerán los que trabajan por la comida”. ¡No se han enterado!; no han leído con atención los argumentos:
Primero: la reducción de la jornada laboral a 24 h/semana va a conseguir bajar el precio de nuestros productos al aumentar la demanda interior, con lo cual vamos a poder competir mejor que antes.
Segiundo: No es necesario que lo hagamos todos a la vez, que sería lo deseable.
Tercero: El premio para el primero será que obtendrá beneficios cuando los demás aun no mueven un dedo; seguirá obteniendo beneficios cuando los demás empiecen a dudar; seguirá obteniendo beneficios cuando los demás - años después - se den cuenta de que era verdad y de que ¡funcionaba!
Lo mismo pasó cuando la revolución francesa al comienzo de la democracia moderna. Algunos países dijeron: “eso sería bueno si todos lo hiciéramos a la vez, pero sino los países centralistas y funcionando todos a la voz de su dictador - el rey hereditario - serán más eficaces si tenemos una guerra”. Pasó lo contrario. Francia se puso a la cabeza y creó su gran imperio; Francia exportó las ideas y los reinos empezaron a desaparecer como la antigualla que son.
Es verdad que se resistieron; a principio de siglo todavía la mayoría de los países europeos seguían jugando a los príncipes y las princesas como si fueran niños chicos. Ahora ya solo queda media docena y su final está cerca. Por más que la mona se vista de seda todos saben que las monarquías no son democracias.
Cuando Bismarck hizo la reducción de la jornada laboral todos los demás países - gobernados por necios capitalistas - dijeron los mismo: “eso sería bueno si todos lo hiciéramos a la vez, pero sino los países capitalistas y los emergentes nos ganarán”. Ocurrió lo contrario. Alemania produjo su I Reich. Los beneficios para los demás también vinieron; después, pero vinieron.

Deercho a decidir: (6) El miedo a la libertad

El desarrollo tecnológico y científico empezó a liberar al ser humano de su más profunda cárcel: la de una naturaleza que, inmensa, le dominaba, que variopinta, no la entendía. Y fue el grupo, el clan, la familia en su sentido romano, más próxima a la tribu que a la familia actual, la que le permitió esa libertad. Paradójicamente, fue esa misma familia, la que le impuso la tiranía social.
            Desacreditadas en Europa las pendencias entre Capuletos y Montescos, las hay redivivas por todas partes: las familias de gitanos tienen deudas de honor entre ellos; también muchos musulmanes, también algunos hispanoamericanos; y los mafiosos, camorristas y demás asociaciones típicamente no democrática y aun terroristas
            Sus miembros, bien por razón de naturaleza, bien por elección, son parte del clan o son excomulgados, lo que quiere decir que cualquiera puede matarlos: da lo mismo que se declare una fatwa, que se le declare “muerto” y se conformen con su excomunión social, o que se orden su ejecución “para ejemplarizar” a los que sientan débil su “fe”.
            Y es que todos ellos reproducen la intolerancia de los que la justifican declarando la “sagrado” obligación a la fidelidad eterna al que pertenece al grupo “superior” nacido de las sociedades religiosas monoteístas que porque creen en el “único Dios verdadero”, no soportan que nadie lo rechace.
            Lo curioso de esta actitud es la mayor tolerancia con el “extraño”, el que no comulga en la “fe”, no es de la “raza”, no pertenece a la “familia”, a la “patria”, al “equipo de fútbol”, etc., para los que se elige un nombre especifico “hereje”, “traidor”, “vendido”, etc. Para ellos la muerte es poca pena, como demuestra la historia de tantos miles de herejes ajusticiados, de tantos traidores fusilados, de tantos asesinados por “arreglos de cuentas”, abandonos de bandas o, simplemente, divorcios.
            Es fácil de entender esta intolerancia. Quien habiendo formado parte de los mejores decide dejar de ser parte de ellos los pone doblemente en evidencia: nadie abandona “lo mejor por lo peor”, por lo tanto, este abandono de lo mejor es que se pone en entredicho que eso “mejor” sea todo lo mejor que se dice de él.
            Esto produce la inseguridad que el inseguro miembro del grupo no tolera; ésa es la razón de su agrupamiento gregario, su falta de confianza en sí mismo como ser humano libre; su miedo a tener que elegir con el honroso riesgo de equivocarse, que no soporta y que le lleva a vender su alma al grupo, que es el diablo que, naturalmente, se la compra dándole la seguridad que tan bien describe aquel slogan: “mil millones de moscas no pueden estar equivocada”, ¡coma mierda”.
            Es más fácil tolerar la convivencia con el equivocado; al fin un pobre diablo inferior que no ha tenido la oportunidad de descubrir la ventaja de ser superior. Su propia existencia, que reputamos inferior, es la mejor confirmación de nuestra superioridad. Su no ser capaz de comprender los “valores superiores que son nuestra fe en poseer lo mejor y ser el grupo superior”, da lo mismo que sea religioso, político, deportivo, etc., contribuye a nuestra confianza en nuestra superioridad. ¡No todo está al alcance de todos!, pensamos, sólo los superiores tenemos acceso a la Verdad.
            Por eso jamás veremos a una de estas personas sola; siempre van en grupo ocultando su miedo. Por eso jamás veremos a una de esas personas dialogando; siempre van en grupo, vociferando. Y cuando los hábitos sociales le obligan a la manifestación singular, jamás hablan de ellos como individuos; sus ideas son las del grupo, sus derechos son los del grupo, sus demandas son las del grupo. Son unos pobres desgraciados que no existen como seres humanos: tienen miedo a ser libre, solteros, sueltos.

Química: (3) El CO2 aprieta pero no ahoga

Leo una noticia según la cual la transición entre el eoceno tardío y las épocas del oligoceno (entre 34 y 33,5 millones de años atrás) se debió, en parte, a los cambios en la concentración atmosférica de CO2 que permitió la acumulación de hielo en el continente antártico. El crecimiento del manto de hielo, acoplado con cambios favorables en la órbita de la Tierra, llevó al planeta a un punto de vuelco climático y condujo a la acumulación rápida de una capa permanente de hielo en la Antártida y a cambios mucho más amplios en el clima global.
El estudio del pasado siempre se ha hecho recurriendo a medidas experimentales ingeniosas como las el contenido en CO2 del aire ocluido en testigos sacados del hielo de épocas pretéritas. Un estudio más reciente de M. Hren, profesor asistente de química y geo-ciencias en la U. Connecticut, N. Sheldon y C. Lohmann, del Departamento de Ciencias de la Tierra y Ambientales, de la U. Michigan, entre otros colegas británicos, ha analizado los isótopos pesados de carbono y oxígeno en las conchas fósiles de caracol.  De su trabajo concluyen que hubo una disminución de hasta 10 grados Celsius en las aguas dulces durante la temporada cálida y de 6 Celsius para la atmósfera en el Atlántico norte. Ese dato es otra prueba -¿es que alguien lo dudaba?  -de que la concentración de CO2 en la atmósfera y la temperatura en la superficie de la Tierra están enlazadas.
Rindámonos pues ante una nueva evidencia experimental que nos demuestra lo que ya sabíamos a partir de nuestro conocimiento de que el CO2 y el H2O son moléculas que provocan el efecto invernadero en la tierra, aunque todos los periodistas y no pocos científicos, se olvidan siempre de la molécula de H2O a la hora de incluirlas en sus medidas y en sus conclusiones.
¿Y qué más podemos concluir? Algo que no figura en lo noticia periodística porque, claro está, la noticia es que un hombre (mujer o varón) muerda a un perro y no al revés.
Los estudios demuestran que antes de este enfriamiento drástico la atmósfera de la Tierra contenía 1.000 partes por millón de dióxido de carbono o más y en estos momentos estamos por debajo de las 400 ppm. Hacia el final de esa transición contenía probablemente menos de 600 a 700 partes por millón, cifra que se encuentra todavía por encima de la que tenemos en la actualidad.
Entrando en la cuestión de los pronósticos - tarea profética que hay que coger con mucho cuidado, incluso aun cuando nos sea revelada por el único dios verdadero, ¡sea el que sea! - Hren señala que algunos pronósticos señalan que las concentraciones actuales de dióxido de carbono en la atmósfera de la tierra son cercanas a 400 ppm y están aumentando con lo que podrían incrementarse hasta casi 1.000 partes por millón en los próximos cien años.
Dicho en pocas palabras, la naturaleza puede volver a encontrarse en la misma situación en la que se encontró durante la transición entre el eoceno tardío y las épocas del oligoceno (entre 34 y 33,5 millones de años atrás), con lo cual, la naturaleza no corre ningún riesgo, porque si sobrevivió a aquella época, volverá a sobrevivir si la alcanza de nuevo.
Espero que los ecologeros - los ecólogos son unos profesionales que me merecen mucho más respeto - que viven en continuo desasosiego se tranquilicen. Algunos toman sales de litio para poder soportar la angustia que les produce el riesgo que la naturaleza no pueda soportar el incremento de CO2 que, en esta ocasión, tiene origen humano (de mujeres y varones), al enterrarse que si ya los soportó una vez, podrá hacerlo más veces.
No está claro si esta noticia va a producir una disminución del precio del litio, al reducirse la demanda, que permita compensar el previsible incremento por el aumento de la demanda en las baterías de ion litio que se perfilan como las más adecuadas para los coches eléctricos. Si así fuera, ¡bienvenido sea esta información tan tranquilizadora!
Parafraseando lo que me decían cuando yo era pequeño: “Dios aprieta pero no ahoga” lo cual, la verdad, no me tranquilizaba mucho, porque mi intranquilidad venía del apretón, que si me ahogara ahí se terminaban mis problemas, podríamos decir “el CO2 aprieta pero no ahoga”. Así, un poco traído por los pelos justificó el título de estos comentarios, que no sé si será una vana disculpa para haberlos escrito, por insuficiente, pero es que no tengo otra.
Pero la tierra puede cambiar su órbita de modo desfavorable y no acoplada a este aumento del CO2. Si así fuera, la culpa no sería del hombre (mujer o varón) porque cambiar la órbita de la tierra sólo se podía hacer si todos los chinos saltan a la vez de una silla, cuando eran 600 millones. Ahora bastaría con que saltara la mitad, porque ya son 1.200 millones; pero no creo que salten.

¿Un problema constitucional o una estafa monumental?

Hay una confusión general sobre la naturaleza del trabajo del notario. Partiendo del axioma de que lo que dice el notario es la verdad de lo ocurrido; la gente suele confundir esa verdad con lo correcto, cuando no es así. Lo único que rechaza el notario es lo que sea delictivo; pero entre lo correcto, moral y socialmente hablando, y lo delictivo, existe un amplísimo campo por el que campan malandrines a sus anchas atropellando la necesidad del más débil, la ignorancia del más confiado, o la avaricia del más fácil de engañar,. etc., etc.
    Cuando el notario ofrece el texto que va a firmar diciendo que se tiene derecho a leerlo pero que, si quiere, puede darlo por leído, la gente se siente mal. Piensa, si le digo que lo quiero leer va a creer que no me fío de lo que él ha escrito y, por no afrentarlo, decide darlo por leído.
                La persona normal y corriente va al notario para firmar un contrato de hipoteca está en una insensata situación de alegría y agradecimiento al banco - ¡ignora que lo último que puede hacerse con un banco es agradecerle nada! .- por haberle concedido dinero de una hipoteca - nuevo error, porque el banco jamás concede, sino que vende - cobrando por anticipado un sinnúmero de comisiones por esa venta que, además vende al precio que él quiere.
                Es el único momento en que se ve tratado como una persona - aunque eso forma parte de la ceremonia litúrgica del despiste - aunque se le exige que vaya a la hora que le viene bien al notario, pese a que la explicación se venda como una facilidad para el cliente - para su comodidad viene el notario al banco en vez de que Vd. tenga que ir al notario.
                En ese momento se pasa a salitas bien decoradas: se acabó la (des)atención recibida cuando se solicitaba el préstamo. Llega el notario y ocurre la ceremonia litúrgica de la firma de la hipoteca. ¿Ha leído el que firma la hipoteca los innumerables folios del texto?. Sin duda no. ¿Está en condiciones de entender lo que dice el texto en su íntegro sentido jurídico?. Sin la menor duda que no. ¿Se le ha permitido llevarse una copia para que lo estudiara algún abogado?. En la mayoría de los casos no. Así pues, con una total ignorancia de las consecuencias de lo que está firmando, que nadie le ha desvelado, firma.
                Ésta es una de las tres grande insensateces más habituales de todo ciudadano que hace sin el auxilio de un abogado -un profesional con el que se quiere tener el menor trato posible- es casarse. En orden de magnitud de los perjuicios que se pueden sufrir la primera sería no hacer capitulaciones matrimoniales que, por lo habitual no existen. Salvo la generalidad de tradición local, algo tan vago que acaba siempre en manos de un juez, dos personas integran su patrimonio futuro, los ingresos de cada uno, el trabajo de cada uno - uno de los cuales puede no ser remunerado - sin la más mínima idea de que puede ocurrir si el contrato se rompe - recordemos que ha recuperar su esencia contractual aunque sui generis.
                La segunda, en cuanto a su magnitud económica, es, sin duda, la adquisición de una vivienda que, en gran número de casos, está ligada al contrato matrimonial. ¿A nombre de quien se pone?. ¿Se pagan las mensualidades con los ingresos de ambos cónyuges o sólo con los de uno?. ¿En el caso de que uno de ellos no tengo ingresos propios y, en cambio, trabaje para el hogar doméstico - lo que significa una disminución de los gastos de los ingresos que aporta el otro- está pagando el cónyuge que no trabaja las mensualidades del piso con su trabajo doméstico?. Y aunque ambos trabajen si ocurre, como suele ser lo habitual, que la mayor parte de la dedicación de tiempo, esfuerzo y dedicación al hogar - vivienda e hijos - corresponde al cónyuge femenino, ¿no está pagando parte de la vivienda con el menor gasto de los ingresos con los que el marido - si ese fuera el caso - está pagando la adquisición del inmueble?. 
Algunos cónyuges tienen la sensación de una cierta independencia - que no siempre es fruto de pacto legal y que no coi8ncide con la situación de bienes parafernales - de que teniendo cada uno su cuenta y pagando parte de ella para el común, en realidad cada uno vive de lo suyo. El error, no hay por qué decirlo, es total.
                La tercera es el alquiler de una casa. Me decía un colega que la gente alquila casa sólo porque la probabilidad de que te salga un mal inquilino es baja. Ahora bien, como te salga mal, las complicaciones serán inimaginables Sin embargo, hay propietarios de piso que hablan con un abogado ¡simplemente para establecer unas cláusulas!, que sean mínimamente protectoras de la cesión de uso en arrendamiento que se hacen de un bien que, tras la propia vivienda, es probable que sea el segundo en importancia de todo su patrimonio.
                Con semejante ignorancia cabría alegar en no pocos casos el art. 1266 del CC que dice: Para que el error invalide el consentimiento, deberá recaer sobre la sustancia de la cosa que fuere objeto del contrato, o sobre aquellas condiciones de la misma que principalmente hubiesen dado motivo a celebrarlo, porque lo que cree que está firmando cuando firma el contrato .- pero que no figura en él - no forma parte del contrato.
                En el caso de las hipotecas cabría considerar los art. 1269, CC: Hay dolo cuando, con palabras o maquinaciones insidiosas de parte de uno de los contratantes, es inducido el otro a celebrar un contrato que, sin ellas, no hubiera hecho, .y el 1270 Para que el dolo produzca la nulidad de los contratos, deberá ser grave y no haber sido empleado por las dos partes contratantes. El dolo incidental sólo obliga al que lo empleó a indemnizar daños y perjuicios.
                Si preguntamos a la gente que ha suscrito una hipoteca, a petición suya o inducido por un banco o fruto de ambos movimientos, si sabía que en el caso de no poder pagar una hipoteca no sólo perdía todo lo pagado, el piso y que tendría que responder hasta con su ropa interior, la inmensa mayoría de las persona dirían que no. Creían que respondían sólo con el piso y que si se vendía por más de la hipoteca remanente - harto improbable con los subasteros trabajando en plena legalidad - aun recibirían esa diferencia.
                Ante esta realidad, aunque ello conste  expresamente en el texto de la hipoteca - quizá con una experta referencia, pero oscura para el firmante, a un artículo de la Ley hipotecaria que el que firma ignora que dice - asunto sobre el que ni el banco ni el notario le hacen la más mínima advertencia informativa, pese a la gravedad de lo que significa firmarlo - cabría considerar que de haberlo sabido el alegre firmante de la hipoteca no la hubiera firmado.
                Es decir, nos encontraríamos en la situación que prevé el art. 234 del CP que dice: 1. Cometen estafa los que, con ánimo de lucro, utilizaren engaño bastante para producir error en otro, induciéndolo a realizar un acto de disposición en perjuicio propio o ajeno.
¿Ha habido engaño bastante?. Cabría considerar que sí dada la desinformación del firmante y el tenor literal de lo firmado incomprensible para un ciudadano normal - tan ingenuo que se cree protegido por el notario y por la ley hipotecaria cuyo articulado ignora.
¿Se ha utilizado engaño bastante?. Sin duda el banco era consciente de la ignorancia de la otra parte contractual a la que no advirtió de los términos de un contrato que, de haberlos conocido, hubiera podido haber hecho fracasar la operación. La lealtad es exigible legalmente.
El banco alegará que ésta es una hipótesis que debe probarse, lo que coloca a la víctima obligada a la prueba diabólica. Pero la estadística es de gran ayuda. Si no hubiera interés en utilizar engaño bastante, lo lógico sería que muchos bancos informaran correctamente a sus clientes - ¿no presumen de preocuparse del bienestar de sus clientes? - sobre este detalle tan esencial. Ninguno lo hace. Y si lo hiciera alguno sería la excepción.
Aun con la temeridad que implica afirmar lo no medido, me atrevo a decir que dado que ninguno, o a lo sumo, una exigua minoría informan de algo que sería disuasorio en muchos casos, y el banco quiere conceder el préstamo, es fácil entender por qué no se da esa información.
El banco conoce los riesgos del mercado y los específicos del hipotecado. Debe valorar los riesgos de modo prudente. Si no lo hace, el riesgo no lo corre él - ¡que siempre acaba cobrando - sino la otra parte. En la ruleta, la banca tiene un 0, que es su ganancia cierta, frente a 36 puntos, que son su ganancia equiprobable. Aquí estamos en peor situación con un contrato donde, si sale bien el banco gana, pero si sale mal el banco no pierde. Falta la sinalagmasis contractual.
                No entiendo las dudas del juez que ha enviado este caso al tribunal constitucional. Aquí no hay un problema constitucional, hay una presunción de estafa; sobre todo dada la cuantía de los préstamos y las facilidades ¿o seducciones? para concederlos, que rayaban en lo temerario.
                En conclusión, si el juez no se decide a apreciar estafa, debería declarar, al menos,  la nulidad del contrato. Y dejar en paz al constitucional.

28 may 2013

La solución a la crisis (IX) Otros beneficios colaterales

                Los beneficios que se deducirían de una reducción de la jornada laboral a 24 h/semana son muchos más de los que hemos considerado hasta ahora tanto en lo que hace a los beneficios meramente económicos como a los beneficios sociales.
                La reducción a 24 h/semana permite hacer dos tipos de combinaciones: 6 h/día durante 4 días a la semana o tres días de 8 horas/día durante 3 días a la semana. En principio creemos que la jornada de 6 h/semana durante cuatro días /semana.
                Una jornada de 6 h/día permite realizar una jornada de mañana o una jornada de tarde. Eso permite reducir a dos viajes diarios los que necesita un trabajador para ir y volver a y de su trabajo en lugar de cuatro viajes diarios. El resultado es reducir al 50 % los gastos por transporte.
Esto significa un beneficio por la reducción del consumo energético, algo de gran importancia en la balanza de pagos porque somos un país deficitario en recursos energéticos. Inmediatamente ligado a esta reducción del consumo de productos energéticos significa una reducción en la producción de CO2 y de su NOx lo que tiene consecuencias beneficiosas a nivel global, en la capa de ozono, pero también a nivel más doméstico, p. ej. en Madrid, donde pese a que la Alcaldesa, Srª Botella, sigue sin ver la boina que cubre la capital, esa boina la ven hasta desde Bruselas.
Otro de los beneficios de esta reducción  6h/día*4 días/semana es el del ahorro del tiempo de cada trabajador, al reducir el tiempo de trabajo “in itinere” al 50 %. Ligada a esta reducción se encuentra el aumento del tiempo libre de cada trabajador para dedicarlo a la formación o al ocio o a las relaciones sociales y familiares o a las actividades solidarias a través de ONG. Quizá de todos estos  beneficios el que pueda tener mayor trascendencia sería el del incremento a la dedicación familiar.
La mayoría de los trabajos actuales sobre sociología, sobre todo referida a las grandes ciudades, destaca que la situación de explotación de los trabajadores que impide una relación normal paterno-filial es causa del desvío en los comportamientos de solidaridad social y de convivencia ordenada surgidos como consecuencia de esta falta de atención familiar precisamente en los períodos juveniles.
Combinando inteligentemente las jornadas laborales de maña y tarde permitirían reducir la duración de las horas punta. Esto, de nuevo, volvería a significar un incremento del tiempo ahorrado por los trabajadores, actualmente malgastado en atascos diarios insoportables, con todas las secuelas de ahorro de combustible, menor contaminación, etc.
Este mayor aumento del ocio permitiría el crecimiento de toda una serie de actividades que hoy reciben muy poca atención. Entre ellas podemos encontrar algunas de carácter intelectual, lectura, teatro, cine, etc., y otras de carácter físico, práctica de deportes tradicionales, futbol, baloncesto, tenis, paseos, ciclismo, etc., que tiene una repercusión en la mente sana pero también en el cuerpo sana.
¿Cuál es la valoración en términos de PIB? Sin duda no es fácil el cálculo, pero sí son posibles diversas estimaciones y cualquiera de ellas arroja una cifra elevadísima que exige ser tenida en cuenta.

Derecho a decidir: (5) El individuo

Así, probablemente fue en Grecia, nació la libertad. Cuando el individuo se reconoció a sí mismo como individuo; cuando Protágoras dijo: “el hombre es la medida de todas las cosas”.
            Desde entonces poco hemos avanzado. Es más, yo creo que después de haber avanzado hemos vuelto a retroceder, porque en estos momentos hay una generalizada pérdida de identidad personal, que es la que enriquece el valor colectivo. En su lugar hay un anonadamiento de la singularidad en la búsqueda de lo masivo.
            Hubo un cierto movimiento de manifestación de individualidad generalizada en el vestir que sucedió a la uniformidad de los grupos obligatoriamente uniformados o a los uniformados de modo voluntario.
            Fue largo, doloroso y cruento el camino seguido por la humanidad hasta lograr el reconocimiento del derecho a ser él mismo, no un miembro de “su” familia, no un siervo de “su” señor, no un súbdito de “su” rey, no un fiel de “su” Dios. Él; sólo él.
            Gnosce te auton, decía en el frente del templo de Delfos. Conócete a ti mismo. Avicenas dijo: eres una nada, pero ahí reside todo. Varios siglos después Santo Tomás lo reformuló diciendo. Nihil  foras ire, in interiori homini habitat veritas. “No busques fuera de ti, en tu interior se encuentra la verdad”. Parece que no sirve de nada.
            Junto a estas enseñanzas estaban las de los que te ordenaban que pensaras lo que ellos pensaban. Los que te mataban si no pensabas lo mismo que ellos. Por supuesto, los que también te mataban si no hacías lo que decían ellos. Tiranos de toda laya, incluidos reyes y sumos pontífices, todos lucharon siguen haciéndolo, por acabar con tu libertad. Felizmente, la reforma en una religión que había alcanzado su máxima putrefacción, intentó volver a poner al hombre en el centro dispuesto a arriesgar sus talentos, uno, dos o tres, y no a esconderlos y “haciendo lo que se le decía”
Pero fue la Revolución Francesa, un fruto de la razón, cruento en su ira, tras siglos de represión, recuperó el lema humano: igualdad, libertad, fraternidad. Así sentó las bases para el progreso y recuperó el fundamento racional de gobierno: la democracia elegida por los ciudadanos. Comenzó, aun sigue, el ocaso del engaño al pueblo. Pero el engaño se reinventa y no termina de obtener éxitos. Las viejas patrañas se disfrazan. En lugar del derecho divino de los reyes ahora se disfraza y se hace pasar por una decisión democrática. Pero es lo que es: la eterna dictadura hereditaria; todo al margen de la opinión del ciudadano.
Atrás quedaron las cartas otorgadas o pactadas con el gobernador, rey, duque, zar, príncipe, etc. Aun hoy hay religiones que reivindican su derecho divino a gobernar. donde no lo hacen es sólo por impotencia. Su origen divino rechaza la democracia.
Los ciudadanos, formando comunidad, se reconocieron a sí mismos el asiento de todo poder, aunque - tradición fascista - allí en el art 1. CE,78, se hable de pueblo. Su fundamento no fue ninguna norma “sagrada” procedente de ningún extraterrestre sino el acuerdo nacido de la libertad, bien que condicionada por las circunstancias.
Ése será el fundamento de nuestra constitución - de momento post-dictatorial y pre-democrática - una vez que nos liberemos de las excrecencias que hubo que aceptar, entre otras el Título II. El argumento del “mal menor” es el truco para que perviva lo indeseado, aunque no se deje de reconocerse la utilidad ni el progreso que ello significó.
Se admite la Constitución como un instrumento en perpetuo cambio. Pero no es sagrada. Nada hay sagrado para un ciudadano salvo la razón recuperada tras siglos de secuestro. Nada es admisible sobre su voluntad. Tenga origen terrestre - pueblos, reyes, etc., o extraterrestre, dioses, todos inventados. La libertad ciudadana lo es todo. La  voluntad responsable de su decisión individual. La que da una suma colectiva. No al revés. La que hace del ciudadano una alícuota del pueblo es fascismo. En el principio fue la palabra; de ella nació del hombre libre; suya será, mientras sea hombre, la última.

Amnesia política

Nuestra memoria histórica es débil. De pronto ha resurgido el recuerdo del desastre fruto de la …. política de privatizar y externalizar los servicios de la defensa - ¿no era el Ministerio de la Defensa el que se dedicaba a ahorrar? - que condujo a que unos funcionarios del estado, unos militares vocacionales, perdieran su vida de la forma más estúpida que se pude perder: para beneficio económico de los que nunca pierden: los corruptos.
Sin duda la justicia la administran los jueces, pero la atribución de qué es decente o indecente sigue siendo una atribución de los ciudadanos. Sobre este punto la mayoría más que absoluta, porque es cualificada, es clara: todo lo que se hizo en relación con la atribución de responsabilidades en el caso Yak fue indecente.
Todos sabemos lo que pasó: ¡la gente importa menos que el dinero!; todos supimos por qué paso: ¡siempre es por dinero!; todos comprobamos como se organizó … “el ahorro” vía externalización; nos enteramos como todo fue una trama de varios eslabones para que la responsabilidad desapareciera a medida que los beneficios aumentaban; todos vimos que cada eslabón tenía su “cazo” aunque lo moderno es recibir sobres.
También nos enteramos todos que la preocupación reciente del Ministro de Defensa no son los familiares de los soldados muertos - ¿sería correcto decir que fueron asesinados por negligencia o eso no sería jurídicamente correctos? - -no, por supuesto, que reciban una satisfacción moral, tampoco una indemnización a la que les ha hecho acreedores la justicia.
No, al Ministro de Defensa eso no le preocupa. A él lo que le preocupaba un par de días antes era cómo pagar otras facturas, las de las armas que se comprometió a comprar. ¡Siempre el dinero! Es lógico, cuando quien gobierna es el mercado es más importante pagar a los traficantes de armas - aunque esté legalizado su trabajo no por ello dejan de traficar con armas - que a las víctimas de los soldados muertos por avaricia, por haber ahorrado seguridad, ¡esa estupidez inútil que cuesta dinero!, un dinero que reduce comisiones y beneficios entre los traficantes, por más que legítimos y honrados traficantes en el mercado libre de externalizaciones.
Es difícil entender que los ciudadanos que sabían eso votaran al partido bajo cuya gestión se organizó “eso”. Peo también lo hicieron con el partido que había organizado lo del Prestige, aunque entonces no había muertos, sino sólo dinero. Es necesaria reivindicar la memoria histórica, pero la memoria histórica reciente, para que este tipo de realidades no se nos olviden tan rápido. ¿Qué pasará en las siguientes elecciones?
Ni un solo miembro del ¨Gobierno asistió a la conmemoración del desastre del Yak-42. Es comprensible que todos estén avergonzados de pertenecer al mismo partido que lo hizo posible. Es comprensible que ninguno quiera dar la cara por lo que hicieron sus compañeros del gobierno del Sr. Aznar, porque muchos de ellos no estaban en el gobierno.
Es evidente la vergüenza de los que sí estaban en aquel gobierno siendo ministros con el Sr. Aznar cuando se fraguó ese homicidio anunciado, porque se fragua un homicidio cuando se disminuye la seguridad; al final siempre hay un trabajador muerto. Lo habitual es que sea un trabajador el que muera en una obra pública, cayendo desde un andamio o perdiendo un brazo en una máquina. Pero cuando donde se disminuye la seguridad es en la actividad laboral de los militares, al final el muerto es un militar. Y si los colocamos a todos juntos en un Yak-42 en una compañía de bajo coste, ¿qué otra cosa puede pasar?: un homicidio múltiple que, como siempre, quedará impune.
Eso es lo que hoy recordamos con simpatía, compartiendo el “pathos”, el dolor, con ellos, las familias de las víctimas; haciéndolo con indignación renovada al recordar el torpe, grosero y despreciativo conjunto de actitudes del gobierno y, en particular, de aquel Ministro de Defensa que jugaba a las frasecitas cultas organizando “guerritas” en Perejil para divertirse. Acabó siendo nombrado embajador en el Reino Unido. Todavía me pregunto si fue por los servicios jurídicos prestados con los diversos imputados del PP o para despreciar al gobierno británico.
A quien ostenta el Mando Supremo de la Fuerzas Armadas, ¿se le echó en falta o no? Porque, curiosamente, todo el mundo destacó la ausencia de los representantes del Gobierno pero nadie tuvo en cuenta que el Jefe del Estado franquista, que es el que ostenta el mando supremo de las fuerzas Armadas no estuvo tampoco ¿dónde debería haber estado?

27 may 2013

Derecho a decidir: (4) Ser libre

Pero no es la inteligencia lo que convierte al ser que somos en un ser humano. El ser humano es, con todas las excepciones que uno conoce, un ser social; el famoso zoon politikon de Aristóteles. De esa sociabilidad es donde surge el elemento esencial del ser humano: su voluntad.
            El ser humano quiere y porque quiere elige. Ahí, en ese acto de elección es donde reside la consideración de ser humano pleno. Quien carece de opción no es un ser humano pleno porque no se le reconocen todos los derechos intrínsecos al ser humano.
            No es ser humano el nasciturus, sino sólo una expectativa de llegar a serlo y, como tal, digna de la protección que la sociedad decida darle a lo que no es pero puede llegar a ser. No todo lo que puede ser tiene “derecho” a ser. El derecho es, no lo olvidemos, un acto de la voluntad de una colectividad por el que se reconocen derechos a los miembros de su colectividad a la que ella le quiere reconocer que tiene derechos. Ese reconocimiento ha sido variado, muy variado, y muy arbitrario, a lo largo de toda la historia. Ésta es una realidad de la que es consciente poca gente, que la reflexión no es una virtud general.
            Es ser humano, pero se le niega su capacidad plena, el infante, el niño y aun el adolescente hasta una edad dada, que varía de unos países a otros. Normalmente las sociedades primreitivas – en plena lucha contra la naturaleza para su supervivencia, y no integrados en ella como falsean los “ecologeros” - reconocen la mayoría de edad muy pronto porque la sociedad necesita del concurso de todos sus miembros y, por tanto tan pronto como puede ser útil lo convierte en adulto,
            Es un ser humano, y hasta hace poco hasta en España carecía de capacidad plena, la mujer, que sólo si estaba soltera, es decir, suelta, era dueña de ella misma, que casada no podía hacer nada si no disponía de la autorización de su marido, diríamos, “y señor”. Y aun soltera, su mayoría de edad solía ser más alta que la de los varones, 23 años frente a 21 en el mismo siglo pasado, tan cercano él. De ello es fácil comprender la terrible vida de tantas mujeres que no conocieron la libertad hasta la viudez, que pasaron del dominio paterno al dominio conyugal. Hoy eso parece prehistórico, pero estoy tentado de afirmar que eso le ocurrió a la inmensa mayoría de las madres vivas.
            Las religiones, con la obsesión sexual que caracteriza a todas, defendieron siempre este statu quo y sólo de boquilla declaraban “compañera te doy, que no sierva”. La frase, bonita, ciertamente, no pasaba de ahí, ¡nada menos que por mandato divino!, esas iglesias demuestran que Dios las quiere desiguales; sin los derechos del varón. Y es que una cosa es no ser sierva y otra es ser un ser humano con iguales derechos.
            Tampoco hace tantos años que en la ilustrada Europa había seres humanos que eran esclavos. En los periódicos de principios del S. XIX se pueden encontrar anuncios de venta de esclavos entre cuyas virtudes figuraban características tan singulares como “no se hace pis en la cama”, “sabe leer”, etc.
            Este pequeño repaso de circunstancias odiosamente próximas nos permiten extraer una conclusión: eso seres humanos, por inteligentes y razonadores que fueran, no era seres humanos simplemente porque no se les reconocía algo, que es el atributo esencial del hombre: la libertad.
            Y la libertad no es sólo una opción interna – ala de pensar - sino externa, la de hacer. Sólo tiene todos sus derechos el que es libre. Sólo él es persona plena, socialmente hablando. Los demás necesitarán padres, tutores, cuidadores porque no son libres. Y los límites de la libertad son los mínimos que establece la convivencia deseada
tiene que reconoce sus derechos para poder exigirle sus deberes.
            Es un ser humano, y hasta hace poco hasta en España carecía de capacidad plena, la mujer, que sólo si estaba soltera, es decir, suelta, era dueña de ella misma, que casada no podía hacer nada si no disponía de la autorización de su marido, diríamos, “y señor”. Y aun soltera, su mayoría de edad solía ser más alta que la de los varones, 23 años frente a 21 en el mismo siglo pasado, tan cercano él. De ello es fácil comprender la terrible vida de tantas mujeres que no conocieron la libertad hasta la viudez, que pasaron del dominio paterno al dominio conyugal. Hoy eso parece prehistórico, pero estoy tentado de afirmar que eso le ocurrió a la inmensa mayoría de las madres vivas.
            Las religiones, con la obsesión sexual que caracteriza a todas, defendieron siempre este statu quo y sólo de boquilla declaraban “compañera te doy, que no sierva”. La frase, bonita, ciertamente, no pasaba de ahí, ¡nada menos que por mandato divino!, esas iglesias demuestran que Dios las quiere desiguales; sin los derechos del varón. Y es que una cosa es no ser sierva y otra es ser un ser humano con iguales derechos.
            Tampoco hace tantos años que en la ilustrada Europa había seres humanos que eran esclavos. En los periódicos de principios del S. XIX se pueden encontrar anuncios de venta de esclavos entre cuyas virtudes figuraban características tan singulares como “no se hace pis en la cama”, “sabe leer”, etc.
            Este pequeño repaso de circunstancias odiosamente próximas nos permiten extraer una conclusión: eso seres humanos, por inteligentes y razonadores que fueran, no era seres humanos simplemente porque no se les reconocía algo, que es el atributo esencial del hombre: la libertad.
            Y la libertad no es sólo una opción interna – ala de pensar - sino externa, la de hacer. Sólo tiene todos sus derechos el que es libre. Sólo él es persona plena, socialmente hablando. Los demás necesitarán padres, tutores, cuidadores porque no son libres. Y los límites de la libertad son los mínimos que establece la convivencia deseada

La mujer decide: (V) el tipo del bolígrafo

Una de mis tías era joseantoniana. Fue su decisión. Supongo que para muchas mujeres de su época José Antonio Primo de Rivera era un cierto prototipo de guapo en plan “Corín Tellado”: guapito, bien educado, de buena familia, su padre era el Marqués de Estella, licenciado en derecho y siempre bien vestido tenía  buenas maneras.
Eso, sin duda hacía olvidar que su padre había sido un dictador, que diera un autogolpe de Estado - siempre un General detrás de un Borbón para apuntalar, con la violencia, los derechos de que carece - que, naturalmente, el dictador borbónico regio había bendecido a la par que la iglesia católica, que él consideraba a las mujeres al servicio de los varones, como manda la Santa Madre Iglesia y el credo fascista que proponía a la mujer el reposo del guerrero, la madre de sus hijos - legítimos, claro - en paralelo con la doctrina católica que la reduce a ser el remedio a la concupiscencia “viril”, dentro también del más puro espíritu católico de represión sexual, porque el sexo de la mujer no es un atribuyo suyo sino del varón que lo señorea, como manda un buen fascista católico aunque eso sea un redundancia.
La educación pública alcanzaba a más y más mujeres que, por tanto, descubrían que lo que ellas habían pensado siempre, esa tontería de creerse seres humanos, y se volvían contestatarias. La Iglesia católica ya no bastaba para reprimir su ansia de libertad. Se necesitaba reforzar la alianza entre el poder terrestre, convirtiendo la libertad en delito, y el poder extraterrestre, convirtiendo la libertad en pecado. La decisión fue clara: creo un partido fascista, machista y católico. Esa fue la ideología de la dictadura de Franco y el fundamento ideológico del PP en la actualidad. 
El recuerdo de José Antonio ^rimo de Rivera ha venido a mi mente cuando el otro día vi el resumen - verlo integralmente consideré que hubiera podido producir daños irreversibles en mis neuronas - de la entrevista del Sr. Aznar que era su opuesto, ni guapo, ni bien vestido, ni bien educado, ni Marqués de nada,  y si bien no fue hijo de un golpista, su padre era apoyó la dictadura y él era hijo putativo de Fraga, que también apoyó a la dictadura del golpista General Franco, ¡siempre hay un general asesinando para que un Borbón sea rey!, que en el más puro estilo dictatorial - como el propio dictador Franco - lo designó como su sucesor.
Engreído, como todo el que no tiene nada dentro, nos dio la lamentable imagen del juguete roto, del que no vale nada por sí mismo sino por el poder que tuvo, privado del cual no vale nada; sólo sirve para nostalgias de algunos y menosprecio de la mayoría. Creerse que mandaba cuando sólo estaba al servicio del capital no fue la menor de sus insensateces.
De su lamentable imagen: los pies sobre la mesa, hablando español con acento ¿tejano?, hablando algo que él creía que era italiano, repitiendo mentiras con docilidad de escolar pelota sobre las armas de destrucción masiva de Irak o pretendiendo engañara a todo el mundo, en particular a los españoles en vísperas de la votación, diciendo que el 11-M lo había organizado la ETA, una torpeza lo define mejor que nada identificándolo con el chulo de barrio, en “señorito”, claro, pero igual de chulo; con el señoritingo de casino de provincias, como el que tan bien describe aquella fabulosa película “calle Mayor”, precisamente en Valladolid; el que hace reír con sus chistes torpes a los descerebrados amigos que le rodean; que menosprecia a las mujeres como “buen macho hispánico que es y de los que ya quedan pocos”, ¡que ojalá fuera verdad!
Sólo una persona así, aun siendo presidente del gobierno de España - ¿cómo pudo caer el país tan bajo? - pudo meter un bolígrafo entre los pechos de la periodista que le acababa de hacer unas preguntas. Supongo que la periodista no habrá terminado de arrepentirse de no haber reaccionado de la única forma que procedía ante tal actitud de maltrato y menosprecio a una mujer, impedida como tenía la mano derecha con el micrófono: dándole una bofetada que lo hubiera tirado al suelo. Eso lo hubiera colocado en su sitio: en lo más bajo. Así es él.

Gastos de representación de su papá

Esta familia borbónica que nos ha dejado en herencia Franco, parece empeñada en sorprendernos cada día más y no precisamente por pasear modelitos en “la Hola”, como suele llamar alguna gente a esa revista que, inexplicablemente, se vende como churros y la compra el pueblo llano para ver lo bien que viven toda esa cantidad de mangantes lo hacen a su costa por todas las longitudes y latitudes de este planeta. Reconozco, es un hecho objetivo, que no hay nada más democrático que comprar la prensa, ejercicio de libertad que no merece más que alabanzas, pero ello es algo perfectamente compatible con que me resulte inexplicable que se compre determinada prensa. Nadie vea en ello ninguna censura, sino mi humilde reconocimiento de mi limitada capacidad para entender por qué hacen lo que hacen miles y miles de personas.
Comentábamos ayer la noticia que habían dado desde Haciendo diciendo que la declaración de la renta de la santa esposa del Sr. Urdangarín, imputado por diversos delitos contra los ciudadanos, estaba bien hecha. La noticia tenía un aspecto adicional al del meramente impositivo que se refería a una de las fuentes de ingresos de la tal señora: los gastos de representación de su papá, que le paga él a costa de los Presupuestos Generales del Estado.
Esto de los gastos de representación” es un concepto contable que últimamente está teniendo un gran protagonismo. Muchos empleados, curiosamente los dirigentes de los bancos que han quebrado, tenían unos excelentes ingresos en concepto de “gastos de representación”. Muchos empleados, curiosamente también los dirigentes de los partidos políticos que están siendo objeto de sospecha por financiación corrupta también tenían muchos ingresos por “gastos de representación”. Pero lo que todavía resulta más coincidente es que ni los unos ni los otros tenían que presentar ninguna factura que justificara que habían invertido el dinero recibido por gastos de representación en gastos de representación.
Es decir, los gastos de representación eran, más bien, como unos “gastos de bolsillo”, que es lo que en otras contabilidades se atribuye a gastos menores, como taxis, cafés, billetes de metro, de autobuses, unas copas, etc., que en algunas profesiones hay que gastar y cuyo control, siendo su cuantía tan ridícula, podría incluso a resultar más cara que cualquier “desviación abusiva del 10 o 20 % sobre su cuantía.
Pero no es esto lo importante de este concepto en el caso de esta señora sino el concepto mismo. ¿Gastos de representación de que o de quien? Porque si su hermano es un don nadie, constitución franquista en mano, a la hora de representar a su papá - algo que debería limitar a sus actividades de representación doméstica - ella es todavía menos que nadie - constitución franquista en mano.
En relación con su hermano es obligado reconocer que - aunque ello sea inconstitucional - figura como heredero del nombramiento que el dictador hizo a su papá, nombramiento que por su origen antidemocrático - ¡era un dictador! - carece de validez jurídica. Pero es que ella ni eso. Más aun, de haber sido válido ese nombramiento ella tendría que haber reivindicado que se cumpliera con lo que la CE78 establece en el art. 14: que nadie puede ser discriminada por razón de su sexo, y no lo ha hecho, con lo cual, no es nadie ni merece serlo quien, en sus privilegiadas circunstancias no defiende su derecho a no ser discriminada dando con ello un ejemplo de defensa de los derechos que todos los ciudadanos, en este caso particular las mujeres, tienen a no ser discriminadas. Aceptar esa discriminación es una complicidad en el mantenimiento de todas las demás discriminaciones y eso es, por lo menos, muy feo.
Por otro lado, eso revela otro elemento más de necesidad de recuperar la democracia republicana. ¿Se imagina Vd. a la hija del Sr. Obama representando a su papá? ¿Se imagina Vd. a la hija del Sr. Clinton representando a su papá? ¿Se imagina Vd. al hijo de la Srª Merkel representando a su mamá? Es algo inimaginable y Vd., sabe por qué?: porque eso no es democrático. Tampoco lo es que el Príncipe Charles represente a su mamá, la reina del Reino Unido, ni que los demás hijos de sus padres reyes en algunos casos de sus madres reinas, representen a sus papás o a sus mamás. A ningún Jefe de Estado democrático lo representa ni su hijo, ni su hija, ni su mujer o marido. ¡Eso lo exige el concepto mismo de democracia!, donde no caben herencias monárquicas como si los ciudadanos siguiéramos siendo siervos y los países fincas que se heredan.
Ser Jefe del Estado es un empleo público. Si no emana del pueblo - como con engaño declara el art. 1.2 de la CE78  - o es un fraude democrático. Claro que ese fraude de ley es congruente con el resto de la CE78. Toda ella es un puro fraude de ley, en particular el Título II “De la Corona”; la que se inventó el dictador y genocida general Franco; el mismo que acabó con la democracia que el pueblo se había dado pacíficamente un glorioso 14 de abril de una gloriosa primavera: la de 1931.
Perseverantes esperamos con cada año que con la promesa de una nueva primavera florezca de nuevo la democracia. Pronto llegará una que vuelva a florecer; aquella en la que culmine esta Transición a la Democracia que ya lleva casi 40 años interrumpida. Sumados estos años de transición de dictadura monárquica franquista a los de la dictadura personal de su inventor, iniciada en 1936, suman ya 77 años sin democracia. ¡Demasiados!

26 may 2013

Un informe sorprendente

 Leo en la prensa diaria una noticia de la que se hacen eco todos los periódicos, cada uno en su estilo: Hacienda ha investigado a la hija menor del rey franquista, la esposa del yerno del rey franquista imputado por corrupción, cohecho y no se cuantas más lindezas que, dicho en roman paladino, lo es de quedarse con dinero público con la colaboración de algunos políticos corruptos que actuaron de autores intermediarios, al parecer. El informe dice que no ha encontrado fraude alguno en lo que se refiere a los ingresos por su trabajo - el de la Caixa - y de los ingresos por gastos de representación de su papá.
La noticia no tiene desperdicio. Si alguien hace una declaración de Hacienda, se supone que estará bien hecha. Y si declara unos ingresos y paga por ellos, esos ingresos son los que declara haber tenido y lo que paga por ellos, sin duda, es lo que debía. Nadie hace una declaración haciendo mal los cálculos y si la hace los programas informáticos de Hacienda lo detectan. Por otra parte, lo más probable es que esa declaración de la renta se la haga un profesional, se supone que será un profesional que sabe hacer la declaración de la renta bien, y por eso le pagan su trabajo.
Esta declaración es tan tonta como la del Presidente del Gobierno, o alguno de sus adláteres, que, cuando se hicieron púbicas las cuentas de la presunta contabilidad B del partido popular, dijo que en las cuentas de las declaraciones de Hacienda que hizo su partido no había ningún ingreso “ilegal”. ¡Hombre!, la sospecha que se cierne sobre el partido popular no es la de que los que lo dirigen sean estúpidos, sino de que sean corruptos. En cualquier caso las ilegalidades no se declaran a hacienda; hacerlo indica estupidez y que en el Partido Popular no hay estúpidos es algo que nadie duda. Podrá haberlos “listillos”, pero estúpidos ninguno.
Aquí pasa lo mismo. De lo que se trataba es de saber si todos los ingresos que declara son todos los ingresos que ha obtenido o hay alguno más; y eso, a primera vista no parece que sea lo que se ha hecho. Eso  nos lleva a pensar, así visto, desde fuera, y con la única información que tenemos de los medios de comunicación, que ese informe parece más “político” que profesional, dicho sea en el peor sentido de la palabra “político” que, sin duda, también tiene su sentido bueno
¿De verdad sólo obtiene ingresos por esos dos conceptos? ¿No ingresa nada de las sociedades de las que era copropietaria al 50 % con su santo esposo, sociedades en las que según todos los indicios, fueron utilizadas para perpetrar los delitos de los que se le imputa solo a él?
Ésa es la cuestión. Si su santo esposo obtiene beneficios de esas sociedades, ella, inevitablemente, tiene que obtener la misma cantidad. La opción de que su marido la engañe - nos referimos a las fianzas - y se quede con su dinero parece improbable. En todo caso Hacienda lo hubiera detectado. Y eso, claro está, nos lleva a la cuestión eterna, perpetuo Guadiana que emerge aunque luego parece que desaparece: ¿se enteraba o no de que ganaba ese dinero y lo declaraba a Hacienda, o tampoco se enteraba ni de esto?
Pensar que se enteraba y que nos está engañando es, sin duda un juicio muy duro. No tengo ni tuve jamás el más mínimo trato personal con ella. Eso me priva de todo conocimiento experimental sobre el que fundamentar ningún juicio moral sobre su ética. Lo único que puedo decir es que se me hace muy raro que alguien haga una declaración de la renta y no se entere de lo que gana ni de los conceptos por los que gana lo que gana. Pero estoy obligado a concederle el beneficio de la duda; duda, claro,  que incluye, por eso es duda, la sospecha elevada que me aqueja, careciendo como carezco de mayor fundamento de lo que realmente ocurre, fruto de las noticias, a veces incorrectas, que leo en los medios de comunicación.
Teniendo en cuenta que la responsabilidad por los propios actos es personal, es indecente atribuir una baja calidad moral a una persona por la que hayan demostrado otros miembros de su familia, sus ancestros, que sus hijos con demasiado pequeños como para haber podido cometer algún desmán. De padres y abuelos delincuentes ha habido hijos y aun nietos ejemplares y padres y abuelos ejemplares han tenido hijos y nietos delincuentes. Felizmente en esta segunda edición del régimen franquista - esta dictadura real - la ley impide imputar a la familiar los delitos de un familiar no seremos nosotros quien viole esa ley.
Por otra parte, yo no sé como viven los ricos. A lo mejor son tan ricos y tan importantes y se fían tanto de sus ayudantes de confianza que cuando les presentan un papel para firmar lo firman sin mirar ni lo que firman. Si hacen eso, en realidad lo que hacen es portarse como los pobres. Estos también firmaron lo que firmaron si saber lo que firmaban cuando les estafaron con las preferentes, con las subordinadas y con las condiciones de las hipotecas.
Si fue así yo creo que debería sumarse a las manifestaciones del 15-M con las demás víctimas de la buena fe, por fiarse de gente que abusó de su confianza. Eso la acercaría al pueblo aunque quizá la acercaría más de lo que ella está acostumbrada a acercase y por eso no lo hace.

25 may 2013

La mujer decide: (IV) ¿tiene derechos la mujer?

En estas condiciones el abordaje del análisis de los derechos de la mujer viene condicionado por una petición de principio. ¿Tiene la mujer por su condición de mujer unos derechos específicos o, simplemente, tiene la mujer en su condición de mujer – atendiendo a la valoración que se da a esa realidad en cada una de las sociedades en las que se realiza el análisis – unos derechos específicos?
La primera concepción nos llevaría a considerar a la mujer como un ente de razón primigenio, lo cual, sin duda, es el fruto de una concepción ideológica que se manifestará a medida que se vayan desarrollando las consecuencias lógicas de esta concepción. Ésta postura podría considerarse ideológicamente absolutista, pues parte de la concesión del derecho absoluto inherente a la condición esencial de ser mujer con independencia de donde ella se encuentre. Es decir, parte de la concepción de una “idea” de mujer, de ahí que sea una construcción ideológica,
La segunda concepción nos llevaría a considerar que la mujer, como tal, no tiene unos derechos que le sean inherentes por su condición, sino que distintas mujeres, situadas en distintas sociedades, tienen distintos derechos todos ellos más o menos congruentes dentro de una estructura jurídica que es, en cada sociedad, la que es y la que reconoce derechos a sus miembros, empezando por establecer quienes son miembros sujetos de derecho y quienes no, que a veces ahí reside todo el truco.
Apriorística – siempre lo es  - o no – cuando lo es de modo inconsciente en el subconsciente-  esta “realidad” de mujer es la condensación material de la “idea” de mujer subyacente en una determinada organización social.
Establecida la inevitable “contaminación” ideológica de ambas posturas nos encontramos una vez más ante el eterno problema del conocimiento: partir de la idea para el análisis de la realidad, confrontándola con el modelo, que es la idea misma, o partir de la realidad, para extraer de ella lo intrínseco. Esta tarea exige despojarla de las excrecencias adheridas como barnáculos al casco del buque, para que desembarazada no sólo de lo inútil sino de lo perjudicial, por inútil, la idea pueda navegar limpiamente en el mundo de las ideas, que no por ello es menos “material”, valga la paradoja, ni menos “real”, ni, sobre todo, menos “natural”  que el mundo de lo tangible. Todo reside de que definamos lo tangible en un sentido primitivo o no.
Llegados a este punto, procede recordar aquel aforismo matemático que dice: “todo problema mal planteado carece de solución”. ¿Hemos hecho el planteamiento adecuado de la cuestión que queremos analizar o la iniciamos con un pie forzado que va a conducir, indefectiblemente, a unas conclusiones que vienen condicionadas por ese defecto de partida, que es el que queríamos evitar con el análisis precedente? En mi opinión, sí hemos partido de un pie forzado que es otra añagaza perpetuamente oculta en el análisis de la “realidad”.
Max Planck estableció que la observación de la realidad produce un impacto en la realidad observada que nos impide observar la realidad como era antes de ser observada. Esta afirmación, que se tiene entre los científicos como una especie de quintaesencia de la sutileza, y lo es, constituye sólo una manifestación de lo que, muchos siglos antes, habían establecido los filósofos respecto de la observación de la realidad, mediante la introspección o la extrospección; ambas, como dice Planck, en la medida en que observan la realidad la alteran – bien que de distinto modo – con lo que la realidad observada no es la que es.

24 may 2013

Derecho a decidir: (3) Ser humano

      El ansia de libertad es innata en el ser humano. Pese a ello, el hombre no fue libre durante la inmensa mayor parte de su propia historia. Primero estuvo sometido a la inclemente naturaleza, en la que sobrevivía en competencia con las demás bestias. Los científicos se preguntan ¿cuándo el hombre se convirtió en hombre? Las respuestas son muy diversas y todas ellas tan ciertas como incompletas porque son muy diversos los puntos de vista que se tienen en cuenta para considerar que el hombre fue hombre.
            Los antropólogos, que encuentras en sus excavaciones siempre un antepasado más antiguo que el último encontrado, les dan distintos nombres, todo en respetuoso latín: homo sapiens, homo faber, homo antecesor o simplemente se refieren al lugar donde se encontró el resto humano que se considera más antiguo.
            Da lo mismo, a los efectos que ahora nos interesa: el de ver si nos ponemos de acuerdo para identificar qué es lo que hace que el hombre, homínido, primate más o menos desarrollado siguiendo a Darwin, dejo de serlo para convertirse en hombre.
            La comunidad de vida en grupo la tienen también otros animales, como también la preferencia de algunos elementos por la vida individual, bien porque el grupo los rechace o porque ellos rechazan al grupo. El cuidado de las crías es común a todos los seres que llamamos superiores, vivíparos yo ovovivíparos; en general, podríamos decir que es lo típico de todos los animales de sangre caliente.
            La previsión del futuro tampoco es garantía de humanidad; son muchos los animales, desde las ardillas hasta las abejas o las hormigas, que dedican su vida al almacenamiento de alimentos para garantizar un futuro adverso.
            Tampoco la monogamia ni la poligamia nos permite identificar al hombre, que hay diversas especies de animales que son monógamos, otros polígamos, aunque lo más habitual es la promiscuidad sexual.
            Quizá el elemento más primigenio del ser humano es el de la consciencia de sí mismo. De hecho, el hombre es el único ser del que se sabe que se hace las clásicas preguntas sobre sí mismo ¿quién soy?; ¿qué hago aquí?; ¿de donde vengo?; ¿a donde voy?; etc. Tenga o no tenga respuestas a estas preguntas, el hombre se las fabrica para quedarse tranquilo porque hay algo que el hombre necesita: la tranquilidad.
            Por eso se busca respuestas imaginativas - de ahí nacen todas las religiones - o racionales -de ahí nacen todas las filosofías; si son racionales y experimentales, de ahí nace la ciencia. De este tríptico de respuestas nacen tres comportamientos:
            El creyente, temeroso ante su ignorancia, no quiere seguir viviendo en la duda, para lo cual afirma que tiene “toda” la verdad. De esta actitud nacen los creyentes, los más agresivos, que creen en la “única religión verdadera”: la suya, claro está. De ahí, naturalmente, surgen varios miles de únicas religiones verdaderas: las de cada uno.
            El filósofo, que vive permanentemente inquieto, se plantea el por qué de todas las cosas y, por la vía de la lógica y del raciocinio, pretende entender un mundo que no hace más que plantearle preguntas y no darle respuestas suficientes a todas ellas.
            El científico, igualmente inquieto, se plantea hipótesis que expliquen la realidad y las confronta con ésta. Cuando no coinciden con la realidad las rechaza y las substituye por otras. Pero cuando coinciden con la realidad no se da por satisfecho y sigue poniéndolas a prueba hasta que descubre la incorrección de aquello en lo que creía, bien que provisionalmente, pero creía. Y porque su respeto a la realidad supera su comodidad, cada vez que ocurre vuelve a empezar buscando una nueva explicación, consciente de que jamás encontrará la explicación.
            Si, sin duda se puede decir de esta última persona que es un ser humano.

21 may 2013

Derecho a decidir: (2) Sin decisión no hay democracia

No se puede ser un demócrata si se justificar la falta de respeto a la voluntad ciudadana libre y mayoritaria que exige la propia esencia de la consulta democrática. Tampoco hay libertad si se apoya, declarada o subrepticiamente, en un estado de imposición violenta sobre la voluntad de esos ciudadanos, contra la que no se combate o que se permite con abdicación perezosa de nuestra propia estima como seres humanos.
Este doble abuso generalizado ha pervertido la ética colectiva, la esencia de la democracia. En el concierto internacional se apoyan gobiernos, “manu militari”, que atropellan los derechos más elementales. Se mantiene relaciones cuando hay “razones de Estado” que “justifican esos atropellos”, sean estratégicas, Israel, petroleras, Guinea, etc., o que “justifican la agresión internacional”, Israel, Iraq, sobre la base de mentiras absolutas. Desenmascarado el tramposo no pasa nada; son gajes de su oficio. Y así nos vuelven miserables a todos, convertidos en cómplices con nuestro silencio; ¡y que sólo sea con nuestro silencio!
Veamos algunas propuestas para recuperar, en el concierto nacional y europeo, el lugar preeminente de una justicia que nadie reclama en las manifestaciones populares. Sólo se pide la convivencia en paz ignorando que ésta sólo existe si es su fruto. Ésa es otra muestra de perversión  de los valores morales de nuestra sociedad. La boca se llena de gritos y peticiones de paz sobre todo por parte de los violentos y de quienes no mueven un dedo a favor de la justicia, siendo así su perfecta coartada.
Reivindicamos un derecho objeto de controversia en nuestro país y en algún otro. Cuando el discrepante es honrado y leal los problemas se resuelven a través del diálogo democrático. La falta de lealtad arruina la posibilidad de diálogo. El discrepante desleal no es demócrata, como mona sigue siendo la que se viste de seda. Su rechaza al diálogo busca la confrontación: desde la guerra, más o menos franca, pasando por el terrorismo cobarde o por el doble lenguaje del político desleal. Ser racionales exige rechazar esa trinidad: la guerra es inaceptable; el terrorismo miserable; el engaño ruin.
La guerra produce daños humanos, los únicos que, de verdad, importan. Es el resultado de sustituir el valor superior de la razón y del diálogo por la sinrazón suprema de la violencia irracional. Su única disculpa es práctica recíproca de la misma violencia.
El terrorismo es más inmundo; es inadmisible en una sociedad democrática. Quien esparce el terror usa la violencia con la impunidad del Estado de Derecho. En las dictaduras sólo hay terrorismo de Estado. El Estado de Derecho veta la violencia. De él surge el terrorismo, como flores del mal. Ésa es la grandeza de las víctimas, inermes ante la violencia antidemocrática. La injusticia de la situación impide el diálogo con quien crea un esquema de comportamiento incompatible con la razón y la lealtad.
El terrorista rechaza el diálogo al querer imponer su voluntad. Sus víctimas son voluntarios demócratas que respetan lo racional del diálogo y la legislación vigente. Los terroristas y sus escuderos, los del doble lenguaje, son totalitarios decididos a imponer su voluntad sin oír otra opinión. Sus peticiones de diálogo son una petición de principio. Sólo cabe el diálogo si ambos dialogantes tienen una actitud común: 1.- el respeto a la palabra dada, 2.- el respeto al ser humano y 3.- el respeto a la voluntad expresada en las urnas. El no demócrata - sanguinario o no - y sus escuderos, no respetan ninguna de las tres.
            El no demócrata le llama diálogo pero sólo se impone su voluntad; exige que los demócratas digamos sí a sus imposiciones. Y que digamos, además, que es por voluntad propia. Quien rechaza la opinión discrepante y pacífica del interlocutor hace imposible el diálogo. La imposición no deja de serlo aunque se llame diálogo. No engaña a nadie.

Timidez y educación

En general se suelen aprecian más bien los excesos en los comportamientos, siempre que sean moderados, que los defectos, tomando como referencia un impreciso punto medio entre ambos extremos. Pero, como digo ésta actitud suele gozar de una simpatía, aunque quizá sea la simpatía que engendra el minusválido que más invita a la compasión que al aprecio.
Cuando se dice de alguien que es tímido, cierto que como disculpa, en esa valoración hay una petición implícita de ayuda y de referencia a unos presuntos valores ocultos que la timidez impide conocer porque el tímido, por serlo, no los expone.
Discutir acerca de si la timidez es algo genético o algo aprendido es asunto que sin ser trivial no merece mucha discusión. Cualquier comportamiento tiene un fundamento somático y todos tienen también un componente educativo. Pero seguimos creyendo que el componente educativo, salvo ante evidentes insuficiencias genéticas,-tiene una gran importancia. Pese a ello le dedicamos a la educación una cantidad de recursos mínimos dentro de todas las estructuras sociales de casi todos los países, lo que indica, simplemente, que no somos consecuentes ¡ni con lo que creemos! O, al menos, con lo que decimos creer. En realizad lo que hacemos es, simplemente negar la evidencia porque carecemos de rigor científico experimental, al que tapamos, para no verlo, con la manta del prejuicio.
La timidez me parece que es una de las actitudes a las que deberíamos dedicar mayor esfuerzo para su erradicación. Sin duda condiciona notablemente nuestro desarrollo y oportunidades de felicidad futura que, en el fondo, es lo único interesante en esta vida, que en la otra, tiempo tendremos en toda la eternidad para dedicarle nuestros afanes. Por eso no debemos perder el exiguo tiempo que tenemos en ésta preocupándonos de ella; sería un verdadero despilfarro por lo irreversible del tiempo. En el otro mundo, pese a la larga eternidad con la que se nos amenaza, ya no vamos a poder hacer nada por enderezar éste, porque es ido. En cambio, tendremos todo para poder enderezar aquel.


Timidez, aunque no seamos plenamente conscientes de ello, es palabra que etimológicamente procede de temor. Baste esta consideración para reconocer que vivir una vida atemorizados no es lo mejor que cabe desear a nadie. Sin duda todos tenemos capacidades diferentes. En algunas andamos más o menos escasos y en otras más sobrados. Identificar desde la infancia cuáles son aquellas carencias que provocan el temor y potenciarlas indirectamente para que el temor desaparezca es uno de los mejores objetivos educativos porque potencia la autoestima.


Lo normal, es decir, salvo cuando desde la infancia hemos estado sometidos al atropello - algo también desgraciadamente normal - es que no haya razón ninguna para el temor generador de la timidez. Desterrarla conduce a una actitud de mayor aplomo en nuestra vida. Eso se puede conseguir descubriendo los aspectos donde nuestra capacidad ¿natural? es mayor, para lograr mayor rentabilidad en el esfuerzo de su desarrollo; pero aquellos donde sea menor esa capacidad no deben abandonarse por pereza. La armonía es un objetivo no sólo de belleza sino de eficacia porque todas esas características entran en resonancia permitiéndonos alcanzar el óptimo. Además, no son pocos los casos donde la perseverancia ha permitido que el incapaz ¿natural? se convierta en brillante; por lo que ningún objetivo debe abandonarse.
Porque el poder es conscientes de esta realidad, cuando la derecha lo alcanza siempre procurar hurtar la oportunidad de formación a los más desvalidos. Es la forma más ruin, pero más acreditada de atropello y, además, es relativamente barata. De entrada se ahorran la inversión en la enseñanza; además limitan la competencia, lo que coloca al privilegiado en una situación de oferta más reducida, lo que acrecienta su privilegio; finalmente, el privado de oportunidades, también en la docencia, acepta su realidad - que no es suya si no impuesta - pero la asume como suya; ésta es la coda con la que, anulando la reacción triunfa el poderoso.
El atropello aun se puede acrecentar vendiendo como sucedáneo docente el adoctrinamiento que esclaviza en lugar de la enseñanza que libera; por el adoctrinamiento que nos hace dóciles, y tímidamente sumisos en vez de la enseñanza que nos aploma al sentirnos capaces. Y cuando uno se siente capaz, deja de tener temor y donde la timidez lo agostaba todo surge la exigencia del derecho a ser tratado como igual y no a ser tolerado como inferior.

Es el caso actual del Sr. Wert que, además, tiene el cinismo de declarar que lo hace para cumplir con los acuerdos con el Estado teocrático y sexualmente discriminatorio del Vaticano. En primer lugar es falso; en segundo, si fuera verdad, la solución no es cumplir un compromiso indigno