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13 ene 2015

Defendiéndonos del Gobierno

No había ninguna diferencia entre la pretensión de atropellar la intimidad de la ley de la “patada en la puerta” del Sr. Corcuera y la actual del “pinchazo en la línea“Su inconstitucionalidad la entiende un niño de cinco años. ¡Que llamen a un niño de cinco años!, gritó Marx; o al “petit Nicolás”, al de Goscinny, claro.
El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) expresó "serias dudas de encaje constitucional" a la intervención de las comunicaciones por orden del Ministerio del Interior (MI) sin autorización judicial que hay en ese proyecto de Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECR) aunque reconocer la "concepción ágil y moderna" alabanza palaciega a la que sigue el demoledor “PERO”a diversas pretensiones insostenibles.
Valora que los jueces puedan reabrir las actuaciones si aparecen "elementos determinantes" y que sepan qué consecuencias tiene el incumplimiento de los 6 meses de plazo para de instrucción de los casos ordinarios y de 18 con prórrogas si fueran complejas PERO cree el CGPJ que la prórroga se debe permitir también en las ordinarias y que mejore la protección del derecho del ciudadano donde reside la soberanía (art. 1.2CE78) pudiéndola puedan pedir el juez de oficio o las "partes acusadoras", y no solo la Fiscalía.
La reforma debe ser totalmente clara sobre la naturaleza jurídica de los plazos de instrucción y las consecuencias para el juez instructor que los incumpliera para evitar espacios de "inseguridad jurídica" que invaliden las diligencias practicadas fuera del plazo de instrucción sin una resolución de prórroga. A ello añade otras consideraciones como la interrupción o no de la prescripción. No obstante esta unanimidad incluye la formulación de tres votos particulares concurrentes respecto a varios artículos del anteproyecto.
Apreciar la ley que "se presenta como el baluarte de una futura y completa, al tiempo que inaplazable, regulación de la justicia penal que responda a las exigencias de la sociedad actual" va acompañado del rechazo al alibí para que "en caso de urgencia para investigar delitos cometidos por organizaciones criminales, de terrorismo, contra menores u otros de especial gravedad" rechazar que ni el Ministro del Interior ni el Secretario de Estado de Seguridad puedan autorizar esa violación a cambio de su posterior comunicación  en un plazo máximo de 24 horas al juez al que se ,le concede un plazo de 72 para validarla. Al hacerlo los coloca en posición de igualdad con el resto de los ciudadanos Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico” (art. 9.1,CE78) dejando la tutela judicial en manos del juez porque eso no le encaja con la CE78  si se tiene en cuenta el artículo 18.3 y el 55.2 de la Constitución, que solo se refieren a la suspensión del derecho al secreto de las comunicaciones en los casos de bandas armadas o de terrorismo, por lo que "no se identifica en principio el fundamento constitucional de la intervención de la comunicación". Por ello invita al Ejecutivo a "reflexionar acerca del riesgo que comporta" y fijar un plazo de prórroga de la intervención de las comunicaciones -que por periodos sucesivos de 3 meses- pueda llegar a 3 años.
Aprecia las garantías procesales al detenido PERO cree que su abogado se debe poder comunicar con él en entrevista reservada en "cualquier momento del proceso", PERO también durante las diligencias policiales. Es evidente que ¡los derechos los conserva el ciudadano aunque esté detenido! Reitera si la doctrina del Tribunal Supremo (TS) sobre toma de muestras de ADN; ADEMÁS justifica lo que es ocioso decir:"No se aprecian motivos o circunstancias especiales que pudieran justificar una supresión de una garantía tan básica para el detenido como es la asistencia letrada para la práctica de dicha diligencia".
Valora todo lo que se refiere a regulación de las investigaciones de MS y otros datos electrónicos en y el "régimen completo comprensivo de todas las medidas de investigación que comporten una injerencia en los derechos consagrados en el artículo 18 de la Constitución Española, abarcando las comunicaciones de cualquier clase a través del teléfono o de cualquier otro medio o sistema de comunicación telemática, lógica o virtual, comprendiendo tanto la comunicación en sí como los datos electrónicos de paso o asociados al proceso de comunicación, así como los necesarios para la identificación de usuarios, terminales y dispositivos de conectividad". También que en la reforma del artículo 954 de la LECR se establezca un recurso extraordinario de revisión ante el TS para cumplimiento de las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) en la medida en que ellos elimina dudas interpretativas lo que aumenta la seguridad jurídica, PERO RECHAZA, por pura congruencia con ello que se limite la interposición del recurso de revisión a la resolución objeto de recurso ante el TEDH y al que fue demandante en ese proceso. Es evidente que no se cabe descartar que algunos de sus pronunciamientos puedan tener efectos más allá de ellos mismos.
Finaliza el informe reforzando la vinculación del TS las resoluciones del de Estrasburgo, PERO sólo si son absolutamente expresivas sobre la forma de ejecución del fallo, sin interpretación alternativa alguna; ¿podría ser de otro modo? Lo ideal creo yo, sería que el TS afinara sus sentencias como para que el TIDE no tuviera que intervenir. Y también que el Poder ejecutivo no interpusiera recursos “perdidos2. Con ello sólo magnifican el fallo en la tutela judicial efectiva si se pierde el recurso contra la sentencia del TS ante el TIDE.

11 ene 2015

Tercer error de podemos: Bastan las cuatro reglas para entenderlo

Decíamos ayer que la reducción de la jornada laboral a 24 (40%) supuesta una repercusión salarial en el precio de venta del 30 % significaría un encarecimiento del 30 % * 40  % = 12 %. Pero la repercusión es menor. Los nuevos trabajadores, sin experiencia, cobran un 60 % menos que los que tienen 30 años de experiencia, es decir, 10 trienios y una mayor cualificación profesional; eso conduce a  que la repercusión salarial de la reducción de la jornada laboral sea menor: 12 % * 60 % = 7,2 %.
Y dada su mayor formación para el trabajo con ordenadores y tecnologías de la comunicación  su rendimiento sería superior. Si suponemos una productividad un 30 % mayor quiere decir que cada trabajador joven haría el trabajo de 1,3 personas de la actual plantilla y eso exigiría menos personal y entonces la repercusión en el precio final del producto sería 7,2 % /1,3 = 5,55 %.
Aunque este encarecimiento es mínimo a muchos empresarios les resultaría más beneficioso comprar nuevos equipos más productivos si con ello disminuían el número de trabajadores. Y si suponemos que esas nuevas inversiones implican una reducción del 10 % de personal significa que el encarecimiento por la reducción de la jornada laboral sería solo de 5,5 %* 90 % = 4,95 %. Y Con ello, al modernizar la empresa la harían más rentable en el mercado exterior.
¿Ha visto Vd. las bajadas de precio que se han producido por todas partes? Todas ellas superiores al 5,55 %. ¿No cree Vd. que todos los empresarios se darían con un canto en los dientes si pudieran vender tanto como antes sólo un 5,5 % más barato? Pues así se cierra el círculo.
Mejor dicho, así empieza la espiral porque en ese momento empezaría a haber una demanda muy superior a la que había antes y todo volvería a relanzarse ¡pero sobre bases ciertas y no especulativas! Sobre las bases ciertas nacidas del reparto de la riqueza que convierte a los trabajadores en consumidores porque tienen capacidad de consumir.
Porque dentro de esa espiral de progreso estarían los trabajadores que podrían pagar sus deudas del piso en el que “les enredó el banco” y al poder pagarlo las empresas ¡incluso esos corruptos especuladores!, no entrarían en quiebra; y si es verdad que las casas no seguirían vendiéndose a ese ritmo seguirían vendiéndose a un ritmo que los especuladores podrían soportar como pérdidas sin producir la bancarrota que ¿obligo? Al gobierno corrupto a robarnos nuestro dinero y “salvar a los bancos corruptos” en lugar de nacionalizarlos ya que el dinero era de los ciudadanos de la nación.
¿Por qué no hizo esto el gobierno? Está claro, porque en su avaricia no soporta que los trabajadores sean personas que tienen derechos y prefiere que sean personas que signa mendigando el trabajo como en los “viejos tiempos” cuando iban a la plaza del pueblo y el señorito decía “tu”, “tu”, “tu”, …. Y sin hablar de jornal, ¡se pagaba el que el señorito quería!, ni de derechos, ¡que no los había!
Eso es lo que hacen ahora los señoritos de la CEOE con su expresidente – hoy encarcelado – a la cabeza que decía que había que trabajar más y cobrar menos ¡Cómo si no podría el robar más? Por eso todos están tan contentos, ¡salvo los que todavía piden más reducción de los derechos laborales y menos respeto al valor del trabajo!
Mucha gente dice que el PP no ha cumplido con su programa ¡vaya si ha cumplido con él! Ha cumplido con su programa en diferido, el que no contó porque lo tenía preparado para aplicarlo en diferido; diferido al momento en el que se hiciera con el poder y pudiera privar de sus derechos a los trabajadores y usar su dinero para hacer que los ricos sean más ricos y los trabajadores más pobres estén dispuestos a trabajar por nada.
Lo que se propone es acomodar la jornada laboral al incremento de productividad que se ha producido como consecuencia de la aplicación tecnológica de los desarrollos científicos producidos sobre todo en la segunda mitad del siglo pasado en el que, al revés de lo que ocurriera en la primera mitad no se produjo ninguna reducción de la jornada laboral.
La que ahora se propone en 65 años los que median entre 1950 y 2015, es una reducción del 40 %. La que ocurrió de 1910 a 1950, 40 años, fue del 50 %. Si redujéramos la jornada laboral tanto como entonces ahora habría que reducirla el (50 %/40 años)*60 años =75 % y no sólo el 40 % que se propone.
¿Y qué pasa con los de “podemos”? Que no saben de cuentas. Pese a que sólo hay que saber multiplicar ¡y entender qué significa el tanto por ciento!, no saben hacer estas cuentas que Vd. ha entendido a la primera donde se demuestra que se puede reducir la jornada laboral a 24 h/semana y conseguir pleno empleo y la recuperación del bienestar.
Y todo sin pagar subsidios, ni rentas básicas, ni servidumbres que alteren el libre mercado. Se modifica la jornada laboral, como se hizo hace un siglo y ya la ley del mercado alcanzará el equilibrio.

Hay una ALTERNATIVA REPUBLICANA donde si sabemos hacer las cuentas.

8 ene 2015

Pensar no hace daño; reír tampoco



Es bueno que hoy, al menos, todos los partidos políticos defiendan la libertad de expresión y que denuncien expresamente las actitudes totalitarias de los irracionales “poseedores de la verdad”.
Todos los partidos políticos deberían hacer interna y externamente una práctica y constante ostentación de oposición a esta actitud propia de los totalitarios e irracionales; de los que como no pueden evitar que pensemos prohíben la difusión de nuestras opiniones desde las más serias a las mas jocosas; de los que se erigen en mesías de sí mismos: “yo soy la verdad” arrogándose el derecho a ser controladores de opiniones ajenas; de los que no soportan la divergencia del “pensamiento único” de sus partidos y asociaciones totalitarias; de los que aunque salgas en la foto, movido o no, acabarán tachándote de ella como demuestra la historia sin necesidad de photoshop.
Desgraciadamente viendo las firmas de algunas de estas declaraciones aparecidas en diversos medios de comunicación social vemos avergonzados por tanta desvergüenza el oportunismo de quienes siendo paradigma de la intolerancia hoy se disfrazan de defensores de la libertad de expresión en vano intento de engañar a nadie que los conozca, que a los que ni saben de su existencia mal podrán engañar.
Pero hoy es bueno que sinceramente o no todo el mundo clame contra el atropello de la libertad que es la esencia del hombre (mujer o varón), contra el atropello del derecho fundamental a reír que es lo que distingue al ser humano racional del irracional.
Que unos partidos o asociaciones de ámbito terrestre o extraterrestre atropellen estos derechos fundamentales impidiendo la Educación para la Ciudadanía, financiando con recursos públicos a cualquier asociación de creyentes en extraterrestres, mediante la censura pura y dura a las manifestaciones en el papel, en los medios o en la calle, mediante la eliminación de textos y aun de comentarios a los textos ajenos, mediante la persecución política, el ostracismo o la excomunión o en su última etapa, mediante la eliminación física, individualizada o genocidio mediante, como el que tuvo que soportar este país hace no tanto tiempo, sólo identifica distintos grados de terrorismo de los que no por ser el último el más salvaje los demás son ni mínimamente tolerables.
Ese rechazo a la libertad de pensamiento revela un freudiano y subconsciente reconocimiento de la falta de racionalidad que tienen los que así creen. Sólo el que NO SOPORTA TENER TODA LA RAZÓN no tolera que se pueda ni demostrar su equivocación parcial
En cambio EL QUE SABE QUE NUNCA TENDRÁ TODA LA RAZÓN - ¡nadie puede tenerla! - siempre está abierto ¡y agradecido! a quien amplía su conocimiento y le saca del error en el que estaba hasta entonces.
            Esta es, o debería ser, la actitud de los republicanos decentes a fuer de racionales. Ojalá así sea sin excepciones.
En estos momentos en los que la irracionalidad se ha abatido sangrientamente sobre ese gran país, Francia, cuna de la LIBERTAD, la IGUALDAD y la FRATERNIDAD; ese país, Francia, que contra viento y marea se convirtió en el faro que ilumina la razón y la convivencia cuando declaró los “Derechos Universales del Hombre y el Ciudadano”; ese país, Francia, que irreductible como la aldea gala consiguió que esta verdad universal fuera calando en toda la humanidad aunque queden algunas lagunas totalitarias - a veces grandes como mares y aun océanos - que siguen negándose a razonar, nuestro corazón se estremece, nuestro sentido de la justicia sufre el embate de la ira fruto de la impotencia, pero nuestra razón cartesiana nos exige ver que la pacífica defensa de la justicia es el camino expedito para que la razón se enseñoree del mundo.
Vive la France!
SALUD y REPÚBLICA.
Aunque ellos, los eternos, los de siempre, se crean que han pasado:
¡NO PASARÁN!

3 ene 2015

Segundo error de Podemos: 24 h/semana,la experiencia de la historia

La hipótesis de que una reducción de la jornada laboral de 40 a 35 h/semana aumentaría el empleo carece de fundamento cuantitativo y por eso no hay por qué sorprenderse de que no produjera el efecto beneficioso previsto ni para el empresario ni para el trabajador ni para la sociedad.
Hagamos una analogía médica: una persona cree que tiene una pulmonía y va al médico; el médico le ausculta y le dice: “tiene Vd. una pulmonía”; el enfermo piensa, “este médico es muy listo”; “le voy a recetar unos antibióticos”, añade; el enfermo piensa, “este médico es muy listo”; “le voy a receptar éste de amplio espectro, por si acaso”, continúa: el enfermo piensa, “este médico es muy listo”; “póngase una inyección hay y la siguiente dentro de quince días”, concluye: el enfermo piensa “¿será suficiente esa dosis?”, pero no se atreve a decir nada. Aquél mismo día se pone la primera dosis; a los trece días muere antes de recibir la segunda dosis. ¿Era tan listo el médico? La conclusión es evidente: todo era correcto excepto la dosis que era insuficiente.
¿Qué pasó cuando Jospin decidió reducir la jornada laboral a 35 h/semana? El empresario de las pequeñas y medianas empresas hace unos cálculos: 7 trabajadores significa una jornada laboral semanal de 7 trabajador*40 h/semana·trabajador = 280 h/semana <> a 8 trabajador * 35 h/semana = 280 h/semana; es decir, por cada 7 trabajadores ahora tendrá que contratar 1 más. El empresario reúne a los 7 trabajadores y les dice: “estos políticos están locos; la empresa no puede permitirse el lujo de contratar más trabajadores por lo tanto o se hace el mismo trabajo en las 35 h/semana o la empresa cierra”. ¿Qué hacen los 7 trabajadores? Evidentemente trabajar más, reducir sus tiempos muertos y el resultado es que no hay ningún trabajador más. No lo consiguen del todo pero alguna hora más, pagada en negro, resuelve el problema.
Sólo las empresas más grandes se ven obligadas a contratar a más trabajadores, pero no en la proporción de 1 por cada 7 sino mucho menor. Quizá hay un incremento de horas extras, pagadas en negro o en blanco, pero el incremento previsto y el aumento de la demanda de bienes y servicios derivados de que haya más trabajadores no se produce; el paro apenas se reduce.
Como en el caso del médico todo estaba bien salvo que la dosis era insuficiente. Una reducción a 24 h/semana, un 40 %, hubiera significado que las 280 h/semana/ 24 h/semana·trabajador = 11,7, es decir 11,7 – 7 = 4, 7 es decir casi 5 trabajadores. Por mucho que aumente el rendimiento del trabajador está claro que al menos hay que contratar 3 a 4 trabajadores por cada 7, es decir, un 50 % más.
 Eso, sin duda, produce una disminución de los rendimientos empresariales pero si estimamos en 30 % la repercusión salarial, oscila entre un 3 % y un 60 %, en el precio final del producto en realidad el encarecimiento es del 30 % * 40 % = 12 % pero ¿qué ocurre en la demanda? Evidentemente la demanda aumenta en un 50 %.Eso significa poner en marcha la espiral privada y la pública. 
En la privada el aumento de la demanda significa una mayor producción de bienes y servicios que reducirá el precio unitario que realimentara la demanda bajando aún más el precio.
En la pública el primer efecto es la reducción de los pagos por desempleo, el segundo es el pago del IRPF y a él se le añade el incremento del IVA y el del impuesto sobre los beneficios que se han incrementado por el aumento de ventas.
El resultado es evidente: beneficios privados y beneficios públicos y el conocido efecto realimentador del incremento en la circulación de dinero a partir de ese aumento del 50 % de la demanda. Un exceso en la estimación de la reducción de la jornada laboral será siempre menos perjudicial que el conocido efecto de un defecto en la reducción de la jornada laboral que está acreditado históricamente. El trabajador tiene que trabajar más a cambio de nada – amenazado porque la empresa puede cerrar – y el empresario obtiene el mismo beneficio.

Hay una ALTERNATIVA REPUBLICANA donde si sabemos hacer las cuentas.

1 ene 2015

Mentir es la lengua del corrupto

Los eternos falsificadores de la historia – una forma como otra cualquiera de corrupción política - repiten una y otra vez sus mentiras. Intentan engañar a la población para así poder vivir a su costa sin hacer nada por ellos y a veces lo logran. En ese campo quien mejor lo hace es la derecha tras siglos de entrenamiento contando mentiras primero sobrenaturales y ahora "naturales".
Decía Churchill “se puede engañar un millón de veces a una persona, se puede engañar una vez a un millón de personas, pero no se puede engañar un millón de veces a un millón de personas”. A muchos de los “dictadores falsificadores de la historia” les ha ido o va muy bien y han logrado engañar un millón de veces a más de un millón de personas.
Esta reflexión viene a cuenta del invento de “pueblo lingüístico” de los dictadores nacionalistas que prospera en algunas regiones de España. ¿Dejarían de ser tal “pueblo” si su idioma fuera el común castellano?. Las diferencias de tipo sociológico que hay en otras regiones que sin ese signo externo no se identifican como “diferentes” son mucho más acusadas.
Todos estos dictadores inventores del “pueblo lingüístico” son unos victimistas que necesitan inventar un “malo agresor”. ¿Quién mejor que un vecino o todavía mejor todavía uno de la familia? La perversa España - de la que así empiezan por excluirse el agresor como parte de ella con esa expresión - es la opción más a mano.
La mentira es evidente. Ha sido el poder local, “¡sus próceres!”, los que han atropellado a los pobres paisanos que son los que han conservado las tradiciones, la lengua, la cultura, el folcklore, etc. Lo hicieron a lo largo de unos quince siglos sin necesidad de la ayuda de nadie. Como decía Berceo del castellano - hablaban en roman paladino (vasco, gallego, catalán, castellano, etc.) “que es la lengua con la que se habla al vecino”. Y todos hablaban antes en latín sin haber pisado ninguna escuela, un latín que se fue degenerando por influencia del idioma de los bárbaros que invadieron al pueblo hispanoromano, suevos, vándalos y alanos, pero también los visigodos, con lo que la degeneración del latín acabó dando diversas versiones del mismo (francés, italiano, romanche, occitano, gallego, bable, castellano, aragonés, catalán, valenciano, mallorquín, etc., etc.).
En España, dada la mayor riqueza y población del reino de Castilla,  su idioma se fue convirtiendo en lengua franca por razón más del comercio que por otra cosa. Las zonas que no tenían más relación que con sus propios vecinos sólo hablaban su idioma local que variaba de valle en valle; no necesitaban más. Y es que en tocando a idiomas la opción no admite discusión cuando se habla de dinero, ¡que es algo serio! Para comprar o para vender se necesita hablar el mismo idioma. 
Quien tenga más interés suele ser el vendedor; y por eso suele ser el que aprende el idioma del comprador aunque a veces ocurre al revés. En las regiones más exportadores se aprende el idioma que por azares de la historia se ha convertido en dominante. En los valles de Huesca se enviaba a los niños a Francia para que aprendieran el francés aunque eso no ocurría tanto en sentido contrario . Era lo natural, hacían con los franceses más compraventas que con un vallisoletano. Lo mismo ocurre hoy a nivel mundial con el inglés; antes pasó con el latín y por idéntica razón: el interés de las partes.
Pero ¿por qué explicar lo que ocurrió de modo natural pudiendo convertirse uno en víctima? Tengo en mis manos un libro del año 1934 - bajo la segunda república democrática - dedicado a escolares. Se les incita a aprender en la escuela cómo es su país, con sus luces y sus sombras, para amarle. Tomo los datos relativos al analfabetismo que había en las provincias catalanas fruto del "desvelo cultural con el que los adalides de los "diferentes pueblos lingüísticos” defendían su cultura. No hubo escuelas para enseñar su idioma local durante quince siglos. Les traído sin cuidado el “analfabetismo de su pueblo en su propio idioma”.
Pese a ellos los analfabetos enseñaban a sus hijos el gallego en Galicia, el bable en Asturias, el vasco en las provincias vascongadas y en el sur del viejo reino de Navarra, el echeso y las diferentes fablas en cada uno de los valles pirenaicos de Huesca, el catalán en Cataluña, el valenciano en Valencia, el mallorquín en Mallorca, el valverdeño en Valverde,  En el resto de España los analfabetos aprendían el castellano los hijos de sus padres, también por vía oral,  cada uno con sus peculiaridades de dicción que permiten identificar la provincia en la que viven.  No había escuelas. Y si llegaba alguien a su pueblo que no hablaba como ellos todos se esforzaban en entenderle y en hacerse entender por él. Daba igual que fuera de otra parte del resto de España, de Inglaterra, Francia, Alemania - ¡vinieron muchos durante el reinado de Carlos I! - o del Japón, donde hubo una cierta inmigración en Sevilla. Al margen del lenguaje el objetivo era comunicarse ¡como fuera!, que si dos personas quieren entenderse siempre lo consiguen.
Hoy no hay prácticamente analfabetos en ninguna parte de España ni en castellano, ni en su propia lengua. La doble docencia se financia con los Presupuestos Generales del Estado. En apenas un siglo, la II República se proclamó en 1931, se ha hecho más por difundir la cultura catalana en Catalunya y en España que en los quince siglos anteriores cuando Catalunya o las tres provincias vascas y el Reino de Navarra estaban gobernada por sus “próceres". Con sus leyes anteriores a 1714, en el caso catalán, sólo tenían acceso a la cultura “ellos”; los que mandaban; ¡aprendían incluso latín!; no el pueblo por el que ahora aparentan desvivirse con alardes victimistas de atropellos seculares ¿los que ellos cometieron durante más siglos que nadie? Un pueblo inculto es más fácil de engañar

Pero ¿por qué contar la verdad si podemos malmeter a la buena gente que es la más fácil de engañar porque se fía más de su vecino enfrentando a unos con los otros que, porque no son sus vecinos es fáciles convertirlos en “los malos”? 
Los políticos actuales, todos esos corruptos que nos gobiernan saben que a río revuelto la ganancia es de los pescadores: de ellos. Para ellos los ciudadanos sólo somos “besugos”, que aunque no es pescado de río se deja engañar con el anzuelo o si no se atrapa con red. Pero al final como se decía en ese Madrid que se enfrento a los nacionalistas no democráticos, NO PASARAN. Es verdad que se han creído que han pasado, pero no pasarán. El rechazo creciente al nacionalismo eligiendo otras opciones racionales no nacionalistas ya está empezando a aparecer en las encuestas. No hay víctimas ni verdugos, hay victimistas inventándose verdugos aprovechando la común ignorancia de la historia.