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5 dic 2016

La “Seguridad Económica” descansa en la “Seguridad Social”: V. No es el cuento de la lechera.

                Supongamos una media de un 30 % de coste salarial sobre el precio de venta. Probablemente trabajos como las pizas a domicilio tienen un porcentaje más elevado pero los brokers financieros dudo que pasen del 1 – 3 % así que 30 % es una cifra que puede estimarse como correcta.
                La disminución de la jornada laboral del 40 % produce un encarecimiento del 40 %*30 % = 12 %.
                Si nos fijamos en los descuentos que se ofrecen debido a la bajada de la demanda vemos que todos están entre un 10 – 20 % y aun más para conseguir mantener las ventas. Gracias a ellos el beneficio que se consigue de ese modo, aunque menor, permite mantener la empresa con beneficios.
                Un amigo, responsable  de distribución logística de material trabaja para un empresario chino. Al ser contratado dijo: “nuestras formas de entender la vida son distintas, pero el negocio es el negocio. Márcame los objetivos que tengo que cumplir y déjame las manos libres en la gestión del trabajo con los trabajadores. Ellos son españoles y yo les entiendo mejor que tu”. El empresario aceptó.
Mi amigo reunió a los trabajadores y les dijo: “Este es nuestro objetivo: cuando esté cumplido el trabajo podéis iros a casa. Porque terminéis antes yo no aumentaré la carga de trabajo”. Nadie le creyó;  pero un experimento es un experimento. Un día terminaron media hora antes. “Hemos terminado”, le dijeron. Mi amigo comprobó que era así y dijo “podéis iros”. Se fueron sin creérselo. Se repitió la situación y vieron que su carga de trabajo no aumentó. Aumentaron su productividad y hoy hacen en 7 h o meno lo que antes hacían en 8. Se van una hora antes y la carga de trabajo no aumenta.
Un día el empresario chino se acercó por el almacén y se sorprendió: “no hay nadie trabajado” dijo a mi amigo. “Todo el trabajo estaba hecho y yo no quiero aquí a gandules”. El chino se calló; luego dijo: “Podrían  hacer más trabajo”. Mi amigo aclaró: “he cambiado su contrato de 8 horas por otro de cumplimiento de objetivos, los que tú me has señalado. Si lo hacen y bien ¿debo castigarles haciéndoles trabajar más por el mismo salario?  Además así no tengo que controlar si trabajan o no; sólo que trabajen con plena seguridad para que no haya accidentes, y si hay un aumento puntual de trabajo nadie se queja. No les pago horas extraordinarias porque es en su jornada laboral, pero les gratifico por aumento de productividad”. El empresario chino se quedó pensativo. Esa no era su forma de entender el trabajo pero al final dijo: “Me parece bien”. Hoy suelen trabajar una hora menos; un incremento de productividad del 12,5 %. Supuesto un 30 % de carga salarial sobre el coste total es un 12,5 %`*30 % = 3,6 % que descontar del 12 % da 8,4 %; quizá ese incremento de productividad sería mayor si trabajaran menos de 7 h/día.
Bourlès, R. y Cette, G. (2006). A comparison of structural productivity levels in the major industrialised countries. OECD Economic Studies 2005 (2), pp. 96-138 y (2007). Trends in “structural” productivity levels in the major industrialized countries. Economics Letters, 95, pp. 151-156, han verificado que si se reduce el 1 % de la jornada laboral hay un incremento de productividad del 0,42 %.
Si el incremento fuera lineal una reducción del 40 % significaría 40 %* 0,42 % = 16,8 %, pero no es lineal: no obstante cabría estimarlo en la mitad, 8,6 %. Eso significa que el perjuicio para el empresario sería del 12 – 8,6 = 3,4 % ¡a cambio de tener un 40 % más de ventas. ¿Quién puede resistirse a eso? ¡Sólo los que no saben hacer números o los que tienen el ADN deteriorado!
                Un 20 % de rendimiento con las ventas actuales daría más de 20%* 140% = 28 %. Ese beneficio adicional es mayor porque el coste marginal es menor que el coste medio. En cualquier caso superior al 3.4 % de pérdidas.
                Yo me pregunto, ¿Es que no hay suficientes economistas capaces de comprender estos cálculos ni en el Ministerio de la Sra. Báñez ni en los del Sr. Montoro, del Sr. Guindos y del Sr. Nadal?
                Claro que la pregunta también se puede hacer maliciosamente: ¿es que en el Ministerio de la Sra. Báñez, en el del Sr. Montoro, en el del Sr. Guindos y en del Sr. Nadal solo hay economistas?
Por supuesto que no todos los trabajos son como los de logística de la distribución de paquetes. Estoy seguro que los habrá donde este efecto es mayor y otros donde ese efecto sea menor. Eso quiere decir que en algunos casos habrá un aumento del precio final pero en otros habrá una disminución. Pero eso, en términos macroeconómicos no tiene importancia, sino el valor medio.
Además siempre existe el recurso de un incremento en la tecnificación de la empresa mejorando unos automatismos o unos rendimientos de los nuevos equipos que aumenten la productividad.

La disyuntiva es: ir hacia delante o como decía el del chiste “no corráis, que es peor”

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