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Presentación

Resumen biográfico: Natural de Viveiro (LU), Bachiller (INEM “P. Feijóo”, OR), Lic. C. Químicas (USC), Dr. Química Industrial (UCM), Dipl. Gest. Inv. (OGEINAP), Dipl. Com. Europ.(Esc. Dipl., MAAEE), Lic. Derecho (UCM). Premios y distinciones: Doctorado (UER); Silver Pin (EGGA), (COQM), (SOCIEMAT), (IMBISS-UNAM). Director del CENIM, Presidente API-CSIC, SEMAT y de la Comisión I+D (ATEG); Miembro Comisión Acero (CECA). R&D (EGGA). Ha dado conferencias en Universidades y Congresos internacionales y nacionales y publicado libros y artículos en revistas sobre corrosión, energía solar, economía y política.
Un día el ser humano se dio cuenta de que vivía en el mundo y quiso entenderlo. Ese día se convirtió en hombre (mujer o varón). Lo dijo Descartes muchos años después: “pienso, luego existo”. Al pensar, es decir, al razonar superó a los demás seres vivos que vivían bajo el yugo de la naturaleza. Reiteró su razonamiento, reflexionó, y así siguió siendo libre, no súbdito ni de la naturaleza, ni de extraterrestres, ni de dictadores, ni reyes.
Observó, razonó y descubrió la periodicidad de sucesos - el primero el día y la noche - y halló leyes causales. Su incumplimiento excitó la búsqueda de mejores explicaciones de una realidad que podía ser perjudicial o beneficioso. De prever y dominar su causalidad sólo cabían beneficios. Se le abrieron dos caminos: el de del invento de quimeras y el del razonamiento experimental.
El primero le levó a inventar un extraterrestre que gobernaba la naturaleza como quería. Aun los sigue inventando. Ese extraterrestre ordenaba inundaciones y sequías; tormentas y buen tiempo; buena o mala caza o cosecha; vida y muerte. Antropomorfo al fin, era moral: justo y vengativo; bondadoso y perverso; clemente y cruel; amoroso y odioso; etc., etc.
Para tener contento al jefe real - el extraterrestre irreal es “real” para el “creyente” - a fin de que actuara en su mitad buena, intentó “ganar su voluntad” con regalos y creó sacrificios rituales. No le exigió justicia, lo propio del ser libre; se humilló pidiendo “favores”, y creó las oraciones rituales.
Algunos, espabilados, se hicieron sus interlocutores: los sacerdotes, herederos de los brujos, y se institucionalizaron: las iglesias. Como todo intermediario cobran comisiones por partida doble: obligados diezmos y limosnas voluntarias por interceder ante el extraterrestre y si coincide lo pedido con lo sucedido, otra vez más: donaciones ¿agradecidas? Lograron privilegio e inmunidad cuando el “creyente creyó” que si les maltrataban enfadarían al extraterrestre; acumularon así riquezas y privilegios provocando el temor del poder terrenal. Siguiendo el consejo de la biblia: “si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él”, en corrupta coyunda para explotar a “siervos” y “creyentes”, crearon los estados confesionales declarando: “el poder terreno, civil o militar, nace de la voluntad del extraterrestre”. El “creyente” perdió así su libertad bajo la ira civil directa y la divina “diferida” a eternidad. Así se hace siervo voluntario de poderes dictatoriales terrestres y extraterrestres. En 1548, con 18 años, La Boetie escribe “La servidumbre voluntaria”. Se maravilla de que esa estafa funcione. Hoy, casi 500 años después, la estafa no sólo funciona sino que parece que aumenta su éxito.
Otros hombres (mujeres o varones) eligieron razonar. Analizaron la realidad y hallaron su causalidad. De ellos nació la ciencia. La “verdad” la revela el experimento reproducible, no el profeta, el hijo del extraterrestre o él mismo. Razonando rechazó el privilegio - terrestre y extraterrestre - y propugnó la REPÚBLICA DEMOCRÁTICA. Sólo ella condensa los valores racionales y rechaza el injusto privilegio, la inmunidad, el atropello, la insolidaridad y las mil y una formas de corrupción.
Las otras formas de estado nacen de igual engaño: una persona es “diferente” porque es son hija de padres diferentes, o porque intermedia con extraterrestres y por eso tienen ciertos derechos. Las demás son sus “súbditos”; están “sub dictum”; bajo su dictadura, personal o real y hereditaria.
¿Quién en su sano juicio puede aceptar eso? ¿Cómo un hombre (mujer o varón) prefiere la primera vía, la de la irracionalidad, a la segunda, la de la racionalidad? Sólo por pereza soporta la injusticia, el privilegio,... ¡sin límites! abdicando del bien más preciado, el que nos hace hombres: la razón. De mi rechazo a esta actitud nacen estas páginas, hoy 1 de mayo de 2013, abiertas a todo el trabajador que quiera compartirlas. Sólo el trabajador crea riqueza; aunque deje que se la roben.