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5 ene 2018

¿Y ahora qué?

Interesante el artículo ¿Y ahora qué? (ABC.05.01.2018) de Ramón Rodríguez Arribas, Ex -Vicepresidente del Tribunal Constitucional pese a los múltiples errores que comete.
Se refiere el autor a las presuntamente ilegales e inconstitucionales elecciones que el presunto usurpador de la Presidencia de la Generalitat M. Rajoy secundado por sus ministros convocó en Cataluña el pasado 21.12.2017 (las presunciones son todas mías) y que perdió.
Afirma el autor que “tenían por objeto, exclusivamente, que los españoles inscritos en el censo de aquella Comunidad Autónoma eligieran a sus representantes en el Parlamento, conforme al Estatuto de Autonomía, aprobado con la condición de Ley Orgánica del Estado por las Cortes Generales, ratificado después en referéndum regional y corregido en unos pocos artículos por el Tribunal Constitucional, único que puede y debe, cuando sea requerido para ello, declarar la inconstitucionalidad de preceptos de una ley, si no se ajustan a la Norma Fundamental, control que garantiza la observancia del Orden Jurídico, sin el que no puede haber democracia, ni Estado de Derecho”.
Es una afirmación incorrecta; esa norma Fundamental sólo garantiza la continuidad del Orden Jurídico Fascista nacido del ilegal e ilegítimo golpe de Estado del 17.07.1936 tras una guerra europea donde participaron los ejércitos de la Alemania nazi y la Italia fascista.
 Apoyando el golpe de Estado estuvo, como cabía esperar, Alfonso XIII el último dictador monárquico, el llamado “rey conejo” por haber huido dejando atrás a su familia que recibió la protección de la II República Democrática Española.
Alfonso XIII fue como casi todos los borbones otro rey golpista; su dictadura monárquica se sostuvo gracias al Golpe de Estado del General Primo de Rivera que lo apoyó cuando vio que se tambaleaba su ilegitimidad como  heredero de Alfonso XII, otro dictador monárquico tras otro golpe de Estado, el del General Martínez Campos.
Juan Carlos I fue un dictador monárquico fascista previo el golpe del General Franco- Éste se inventó un reino para sobrevivir a la derrota del nazi-fascismo en Europa. Aceptó  ese nombramiento en 1969 entre halagos, panegíricos, agradecimientos y ensalzamiento de todos los crímenes cometidos por su “padre putativo” que aun hoy produce rubor leerlos. Todos los reiteró cuando bajo el mismo ejército golpista tomo posesión de su cargo como dictador monárquico fascista (21.10.1975) jurando respetar y hacer respetar las leyes con las que se dio fin a la democracia pacífica proclamada en España el 14.04.1931. De ahí nace de “ese Orden Jurídico”, de  “ese Estado de Derecho fascista” y de la ·eliminación de la democracia guerra mediante”.
El origen de la cE78 es una dictadura que de fascista militar y personal pasó a fascista monárquica y hereditaria”. El dictador monárquico fascista al presumir de cumplir el juramento prestado, en 1969 ante Franco y en 1975 ante su parlamento fascista, reconoce su indiscutible ilegitimidad sin solución de continuidad cumpliendo el testamento político de Franco que todo quedara “atado y bien atado”. El autor del artículo olvida toda esta ilegal ilegitimidad. La CE78 es la Norma Fundamental continuadora de la dictadura fascista que juró.
                Reconoce el autor que “las elecciones de Cataluña se han celebrado con un alto índice de votantes, con absoluta tranquilidad, plenas garantías y total libertad”. Las anteriores también ocurrieron igual pero eso no impidió que  con presunto fraude de ley y prevaricación se atropellaron, y con ellas esa CE78, aplicando con claro fraude de ley el art.155 de la misma ilegal e ilegítima CE78 que se decía defender.
Reconoce el autor que en ella “los que los catalanes han ejercido su “derecho a decidir”, sin la menor sospecha de irregularidad”. El resultado ratifica los comicios anteriores y el referendum que, incumpliendo la CE78 no permitió el gobierno de M. Rajoy que se celebraran por lo que se produjo de modo irregular y formalmente inválido. Se cumplió así el refrán “al que no quiere caldo, dos tazas” `porque donde M. Rajoy no quiso un referéndum no vinculante le han dado dos tazas de elecciones vinculantes
El autor se equivoca cuando dice que eso sea “prueba incontestable de la fortaleza de la que ha gozado, desde el mismo principio, nuestra joven democracia, enseguida homologada y ahora plenamente integrada en la Europa de las libertades y los derechos humanos”. Esa “homologación” por la ONU y por la Europa de las libertades no convierte a este régimen monárquico fascista en una democracia. Para que haya democracia es condición necesaria aunque no suficiente, que el pueblo elija al Jefe del Estado periódicamente y no que el Jefe del Estado se le haya impuesto al pueblo per vitam aeternam, como hizo Franco.
Afirma el autor “que lo único que se ha elegido en Cataluña son los representantes en su Parlamento, lo que no puede convertirse en un referéndum para elegir entre la república catalana y la monarquía de España, ni entre la unión o la secesión y ni siquiera tampoco si se quiere o no un referéndum de autodeterminación de la Comunidad Autónoma, porque cualquiera de esas pretensiones, jurídicamente disparatadas, además pueden constituir la señal de que quienes intentaron dar un golpe de Estado y se encontraron de frente con la Constitución y los Tribunales, están pensando en volver a las andadas”.
Parece haber olvidado que el 14.04.1931 tras unas elecciones municipales, se acabó la dictadura monárquica en España. Alfonso XIII huyó antes de que el poder judicial pudiera enjuiciarlo y condenarle por sus delitos.
Añade el autor que “no se puede ignorar, como hacen los separatistas desde la misma noche del recuento electoral, que la fuerza más votada y con más diputados es la de un partido constitucionalista que tuvo su origen precisamente en Cataluña y que aunque no pueda gobernar por la aritmética parlamentaria, acredita que nadie puede seguir hablando en nombre de Cataluña”, ignorando que los votantes eligen a unos representantes que son   electores del Gobierno que es el que recibe el mandato de los votantes para representarlo. Sólo quien forma Gobierno, como M. Rajoy es el que representa a los votantes.
 El autor, ex abundancia cordis loquitur os, añade que “tampoco se ignora que la mayoría de los diputados elegidos pertenecen a formaciones políticas que patrocinan la secesión y que pueden hacerlo sin problemas por el generoso reconocimiento de libertad ideológica y acción política de la Constitución española, al no establecer una “democracia militante”; revela el carácter de la CE78 una especie de Carta Otorgada por el dictador monárquico fascista.
Su reproche: “esa circunstancia no puede confundirse con que sea ingenua o estúpida, hasta el extremo de no distinguir entre lo que puede pretender un partido político o cualquier ciudadano y lo que no puede aceptarse que se promueva cuando se ejercen funciones en las instituciones públicas, desde las que se pretenda actuar para derribarlas, contra lo que se ha jurado defender para acceder al cargo” constituye la mejor prueba  de que la CE78 es la continuidad de la dictadura militar fascista porque el juramento de Juan Carlos I: “cumplir y hacer cumplir las leyes fundamentales del régimen” lo ha mantenido hasta el final de su último elefante y su hijo lo juró al jurarala. Los catalanistas le imitan a él.
El autor pretende engañar al lector de buena fe cuando comparando la legitimidad de las constituciones alemana y francesa con la ilegitimidad de la española. En Alemania no hay un Valle de los Caídos que honre a Hitler ni en Francia otro que honre a Petain al que por colaboracionista se le condenó a muerte aunque se le conmutó la pena a cadena perpetua.
Su tercera sinrazón es anticipar que el resultado de las elecciones del 21.12.2017 “no extingue las responsabilidades criminales por los supuestos delitos de rebelión, sedición, desobediencia, prevaricación y malversación, por los que están siendo investigados algunos de los elegidos diputados, que inexorablemente habrán de ser juzgados y si resultaran probados los graves hechos que les imputa el Ministerio Fiscal, resultaran condenados y habrán de cumplir las penas que se les impongan” pero no explica por qué no se ap0lica la misma ley en relación con los golpistas de 1936 y aún con TODOS LOS IMPLICADOS en el de 1981 aunque las pruebas hayan sufrido el mismo destino que los discos de Bárcenas, o el aceite de Redondela, famoso juicio del padre de Rajoy: desaparecieron.
Pero tiene toda la razón cuando añade: A la pregunta ¿y ahora qué? que suele formularse, ha venido a responder S.M. el Rey en su mensaje de Navidad, con claridad, prudencia y firmeza. … Bien claro está por dónde quiere caminar Don Felipe VI y que nadie se engañe…”. ¿Cómo nos va a extrañar, quiere conservar el “momio”  que ilegal e ilegítimamente  le dio a su papá Franco, un golpista, un genocida, un fascista. Imitó a Fernando VII, el más vil de los borbones, y tienen el listón alto, que también como él trajo a ejércitos europeos para privar de libertad a los españoles. Y su papá  juró sus leyes para seguir privándonos de ella.
Porque no es cierto que “ tras él, con las banderas que unen y no excluyen a nadie, le siguen más de cuarenta millones de españoles, de diversa condición y variada ideología política. Somos muchos los millones de españoles que deseamos recuperar la democracia. No nos gustan las burlas: se reconoce la soberanía en el art. 1.2CE78 pero el Titulo II prohíbe elegir al Jefe del Estado; se prohíbe la discriminación en  el art. 14 CE78 pero el Titulo II discrimina a 47 millones de españoles por razón de nacimiento y condición personal y social.
Los que no quieren seguir el camino de la concordia son los que defienden la continuidad de la dictadura fascista antes militar y personal y ahora monárquica y hereditaria, pero todos recordamos el refrán que dice aunque la mona (dictadura) se vista de seda, mona (dictadura) se queda. EL PP fue refundad por 7 ministros fascistas con Fraga a la cabeza.
Los tribunales de la dictadura militar fascista acusaron a los defensores de la Constitución legal y legítima de la II República de sublevados, traidores a la patria y sediciosos; esperemos que los tribunales de la dictadura monárquica fascista no hagan lo mismo contra quienes, no sé si con más ingenuidad que torpeza o viceversa, manifestaron su deseo de recuperar la democracia sólo por el gran error de plantearlo parcialmente y no en toda España. Así hubiera sido más legítimo reivindicar la recuperación de la democrac

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